El matador de toros Salvador Vega (Málaga, 1984) comienza una nueva etapa de la mano del maestro Tomás Campuzano, el ganadero Manuel Ángel Millares y el empresario José María Rodríguez. Una terna que compartirán el apoderamiento del diestro andaluz, quien ayer salía muy satisfecho, tras probarse ante dos vacas en un tentadero en la finca sevillana de José Murube. "Lo más importante es cada día me encuentro mejor, con mayor capacidad y me siento muy a gusto delante del toro"; afirma el torero.

-Salvador, ¿por qué ha roto con José Luis Peralta y apuesta por los nuevos representantes?

-Con José Luis se terminó una etapa muy bonita, por lo que le estoy muy agradecido. Ahora es tiempo de abrir nuevos horizontes y con Millares, José María y el maestro Tomás Campuzano la ilusión se desborda porque les veo también ilusionados por lanzar mi carrera. Me siento valorado y quiero mostrar lo mejor de mí.

-Tras aquellos comienzos importantes, como novillero y en la primera etapa de matador, ¿por qué se quedó descolgado del circuito?

-Tal vez fue un cúmulo de circunstancias. Me llegó el triunfo muy joven y quizá uno no estaba todavía suficientemente preparado ni como torero ni como persona. Todo ello tiene un coste, una repercusión.

-¿A qué se agarra un torero para después de una década de alternativa continuar con la ilusión intacta?

-A la afición. Yo me veo muy válido para mi profesión. Por supuesto, nunca he pensado en irme. No me puedo ir con la espina clavada sin conseguir lo que quiero, siendo tan joven.

-¿Y sobre qué pilares sustenta esa idea?

-En la afición hacia el toreo y el amor propio por cumplir mi sueño: volver a mi sitio, a las ferias.

-¿En qué debe cambiar usted?

-Sobre todo debo explotar, siempre dentro de mi concepto. Debo sacar en la plaza todo lo que llevo dentro con mayor claridad y con los toros con dificultades querer más.

-¿Sugiere que quiere abrirse una vía dentro de las corridas duras?

-No. Le hablo de mayor ambición y ganas con todos los toros.

-Debido a la crisis y el descenso de festejos, ¿resultará más complicado entrar en el circuito?

-Sí. Son tiempos difíciles. Pero veo el vaso medio lleno, no medio vacío. No es el momento para ver dificultades. Si miramos las cosas con frialdad y realismo no están fáciles. Pero hay que superarlas con ilusión y ganas.

-¿Cómo se desarrolló la temporada 2013?

-Toreé ocho corridas y hubo cosas buenas, como el indulto a un toro de Albarreal en Archidona. En Algeciras y Málaga no tuve suerte.

-¿Y cómo ha comenzado esta nueva etapa?

-En muy pocos días he sumado cuatro tentaderos, en los que estoy mejorando mucho. Estoy recuperando muchas cosas dormidas; despertando sensaciones en mí. Quiero profundizar en mi concepto. Hay que apostar por el sentimiento y la pasión por encima de la técnica. He toreado en La Quinta, Millares, Aguadulce y hoy -por ayer- en Murube. Cada día he evolucionado. Tengo que buscar mi máximo nivel. Las sensaciones son muy buenas, incluso con la espada.

-¿Qué cualidades encuentra en su toreo?

-No me siento cómodo al hablar sobre mi toreo. Sí que puedo decir que soy un torero con sello propio, que apuesta por la idea del regusto, de un toreo más asentado y con mayor reposo.

-¿Qué planificación tiene para la próxima temporada?

-Lo suyo es que contesten mis apoderados. Yo no puedo hablar de número de festejos. Quiero sacar la temporada adelante y luego, ya hablaremos. Por supuesto, lo bonito sería entrar en las primeras ferias.