El torero afincado en Los Barrios Salvador Vega (Málaga, 1984) será apoderado en 2016 por el maestro sevillano Manolo Cortés, quien señala que "es un gran torero, de mi gusto. Está muy cuajado, tiene mucho arte y oficio y es muy capaz. Intentaremos que esté en Valencia, Zaragoza a comienzos de temporada, Sevilla y Madrid para que vuelva a caminar. Estoy muy ilusionado". Por su parte, Vega explica sobre esta unión: "El maestro me va a aportar mucho artísticamente para expresar el toreo con mayor claridad y estoy convencido de su capacidad de entrega e ilusión para que yo pueda entrar en las ferias. Será un pilar importante para que pueda seguir crecriendo y ser mejor torero".

-Salvador, el año pasado le ofrecieron una exclusiva de veinte corridas y al final solo toreó ocho ¿Qué sucedió?

-Todo se complica. Habría que preguntar a mis apoderados -Torosanda (Manuel Ángel Millares, Tomás Campuzano y José María Rodríguez)-. Me consta que los apoderados han hecho lo que han podido. La temporada, sin ir a Sevilla y Madrid, se pone cuesta arriba.

-De plazas de primera únicamente pisó La Malagueta...

-Así ha sido. El planteamiento era otro. Lo que pasa es que la realidad fue únicamente en Málaga en el mes de agosto y el triunfo que tuve no podía tener repercusión, salvo para el crédito profesional.

-En principio iba a una tarde en la que se jugaba mucho y acabó haciendo doblete.

-En esa primera tarde, a pesar de la presión, disfruté mucho. La corrida de Martín Lorca no dio buenas opciones. Corté una oreja de manera rotunda y me repitieron sustituyendo a Jiménez Fortes en una segunda tarde con más contenido artístico con toros de Núñez del Cuvillo. Con nivel, saqué partido a los cuatro toros de muy distintas condiciones lo que me sirvió para ser premiado por el trofeo a la mejor estocada y la mención especial del Capote de Paseo, del Ayuntamiento.

-¿Lo más importante de la temporada?

-Sin duda, la faena en Málaga al toro de Cuvillo.

-Sin estar en el circuito será muy difícil mantener alto el pabellón de la moral...

-Sobre todo cuando pasan los años y te ves alejado. Tengo hambre por demostrar que puedo estar aquí para competir. Es muy difícil alimentar el espíritu para no venirte abajo. Se consigue porque uno venera y admira esta profesión.

-¿Qué quiere y puede aportar en esta nueva etapa?

-En primer lugar, puedo aportar la frescura de un torero que no está en las grandes ferias. Y, por otro lado, la madurez de un torero que en estos momentos puede dar una mejor versión de si mismo. Aunque sigo siendo el mismo, he tenido una evolución normal con el paso de los años, logrando una mayor profundidad.

-¿Qué debe darse para que de una vez por todas vuelva a sus mejores temporadas, aquellas de 2003 a 2005?

-Que apuesten por mi en ferias como Sevilla y Madrid y por mi parte aprovecharlo con una actitud buena y la dimensión de torero grande. Es necesario que me den cancha y demostrar regularidad en la temporada.

-¿Qué prevé para 2016?

-Me gustaría torear en las primeras ferias, incluida Valdemorillo. Quisiera estar en Fallas, en Zaragoza en la Feria de San Jorge y en las ferias de Abril y de San Isidro. Sobre todo tengo mucha ilusión por entrar en Sevilla.