Sociedad

Violan y asesinan a un pedófilo para hacerlo sentir como a sus víctimas

Violan y asesinan a un pedófilo para hacerlo sentir como sus casi 200 víctimas

Violan y asesinan a un pedófilo para hacerlo sentir como sus casi 200 víctimas / Archivo

Richard Huckle fue sentenciado en 2016 por abusar sexualmente de 191 menores, unos hechos que le ha llevado a toparse con la "justicia poética" de un preso que lo violó y asesino alegando este motivo y con la intención de que el pedófilo viviera en primera persona el daño y dolor que causó a sus víctimas.

Fuentes oficiales hablan de que no se trató de una riña entre presos, ni de un ajuste de cuentas de los muchos que suelen acontecer en el mundo de las prisiones. Según la investigación, el hecho fue "cuidadosamente planeado y ejecutado" por el agresor que tuvo que rendir cuentas en el juicio ante el Tribunal de la Corona de Hull en Yorkshire, Inglaterra.

El pasado 13 de octubre de 2019, las autoridades encontraron Huckle, el peor pedófilo de Reino Unido según los medios, sin vida en su celda de una prisión cercana a la ciudad de Pocklington, al este del condado. Lo curioso de todo esto es que el asesino, Paul Fitzgerald, estaba cumpliendo condena por delitos de abusos sexuales, muy parecidos a los que motivaron el ataque.

Fitzgerald violó a Richard Huckle introduciéndole un instrumento de cocina, le perforó uno de los orificios nasales con un bolígrafo hasta llegar al cerebro y más tarde acabó con su vida estrangulándolo con un cable eléctrico. Además, tal fue el ensañamiento que durante la autopsia se podían apreciar multitud de golpes en el cuerpo de la víctima que también presentaba una herida por arma blanca en el cuello.

Tras el asesinato, se personaron dos guardas en las inmediaciones que vieron la presencia de Paul Fitzgerald cerca del cuerpo y les comentó que lo había matado, "está muerto".

Entre la "justicia poética" y los trastornos mentales

Paul Fitzgerald alegó que mató a la víctima por "justicia poética" y para que viviera en sus propias carnes el daño que provocó a sus casi 200 víctimas. No era de extrañar que Fitzgerald tuviera problemas mentales y así lo corroboraron los expertos.

Durante el interrogatorio, el asesino dijo tener pensamiento de asesinar a más personas y que se "divirtió mucho" perpetrando el crimen. Paul Fitzgerald tenía varias psicopatías y trastorno múltiple de la personalidad.

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