Los ojos de San Antonio se pierden hasta el estrabismo en la lejanía buscando dónde está esa multitud que cada Lunes Santo se congrega a sus pies mostrando su devoción por La Merced. En su atalaya en forma de cristalera sobre la puerta de la iglesia del Zumbacón, el santo de Padua parece preguntarle al pequeño Jesús que tiene en los brazos que quién les ha robado ese Lunes Santo del mes de abril de 2020 y dónde está esa multitud de devotos y devotas que el año pasado, por última vez, dieron la bienvenida a la estación de penitencia de la primera hermandad de la jornada en poner su cruz de guía en la calle.

¿Qué ha sido de esa multitud tan numerosa como aquella otra que escuchó de labios del propio Jesús ya hecho hombre, el Sermón de la Montaña, el de las bienaventuranzas? ¿Quién ha apagado la música de la Coronación de Espinas y de la banda Tubamirum, de Cañete de las Torres, que acompañan a los titulares de la Merced? Parece preguntar el santo de Padua.

Nadie le ha contado a San Antonio o quizás ya lo haya hecho el propio Niño Jesús, que esa multitud que ha faltado a su cita en el Zumbacón no pierde detalle a esa hora del videomontaje realizado “para celebrar la estación de penitencia virtual de la Venerable e Ilustre Hermandad del Santísimo Sacramento y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús Humilde en la Coronación de Espinas, Nuestra Madre y Señora Santa María de la Merced y San Antonio de Padua con motivo de la cuarentena establecida por el Gobierno de España a causa del coronavirus”, como la misma corporación mercedaria anuncia desde hace días en las redes sociales, animando a los devotos a seguirlo.

Un videomontaje en el que se entrecruzan saetas con el rezo del rosario e imágenes de otras estaciones de penitencia de años anteriores y otras imágenes con sello mercedario, y con música de la banda propia de la Coronación de Espinas.

San Antonio no es el único que roza el estrabismo, también las mentes de todos aquellos que se resignan a convencerse de que en Lunes Santo las puertas de otras cinco parroquias van a estar vacías, aunque sea inevitable. Como las puertas de la Parroquia de San Fernando y los jardines de Sebastián de Benalcázar, lugar de inicio de la estación de penitencia de El Señor de la Redención y Nuestra Señora de la Estrella. Ambos están enclaustrados en el interior de la iglesia y los sones de las bandas de música que llevan sus nombres tampoco se van a escuchar por las calles.

De alguna manera lo mitigan poniendo como La Merced vídeos en las redes sociales, en las que recuerdan que “llevamos desde el año 1997 depositando flores en el monolito situado en el Pretorio en recuerdo de María Ángeles García y Marisol Muñoz, que fueron policías locales de nuestra ciudad, y que murieron en cumplimiento de su deber; este año no podrá ser así, pero le ofrecemos nuestra oración, para que disfruten de la presencia de Nuestro Padre Jesús de la Redención y que Nuestra Señora de la Estrella vele por sus familias”.

Tampoco suenan por las calles de la ciudad los sones de la banda de Nuestro Padre Jesús Caído y Nuestra Señora de la Fuensanta y la de María Santísima de la Esperanza, que debían acompañar a la Vera Cruz, hermandad que emite una eucaristía “oficiada por nuestro fundador y hermano número uno, el reverendo Manuel Roldán Roses, desde el Santuario de Nuestra Señora del Águila, de Alcalá de Guadaíra”, tal y como detalla la hermana mayor de la corporación de San José y Espíritu Santo, Salud Aguilar.

La hermandad ha preparado una serie de celebraciones telemáticas “en un Lunes Santo que con tantas ganas esperábamos y que tanto hemos preparado; en el peor de mis sueños podría imaginar que mi última Cuaresma y mi ultimo Lunes Santo como hermana mayor fuese así, en este escenario de pandemia... solo nos queda cumplir de alguna manera con nuestra estación de penitencia”, insiste. Una forma de cumplir es, entre otras, la de subir fotos remitidas por los hermanos con altares montados para la ocasión.

Puerta vacía de salida de las imágenes de La Merced, en el Zumbacón.

Tampoco suenan los tambores roncos que por las calles de la ciudad deben acompañar al Vía Crucis del Cristo de la Salud. Para compensarlo de alguna forma la hermandad de la Trinidad emite una santa misa oficiada por Juan José Jiménez Güeto y un posterior vía crucis en honor al Cristo.

“Nos encontramos ante un Lunes Santo atípico y quiero agradecer su trabajo a todos los hermanos que han colaborado en difundir virtualmente a la cofradía durante los días previos a esta Semana de Pasión, en los que hemos escuchado unos testimonios realmente bonitos y enriquecedores”, insiste el hermano mayor de la Sentencia, José Antonio Salamanca, mientras invita a seguir la emisión de la misa de hermanos en Lunes Santo y el posterior rezo del vía crucis.

“Las hermandades tenemos que estar ahora más al lado de quien lo necesite”, añade haciendo un llamamiento a la caridad. Todo ello en un día en el que tampoco suenan en las calles de Córdoba los sones de la banda del Santísimo Cristo de la Victoria (León) y de nuestra Señora del Águila (Alcalá de Guadaíra), que debían acompañar a la Sentencia.

Como tampoco suenan por las calles de la ciudad el coro de hermanos del Remedio de Ánimas cantando el Miserere y el coro de hermanas de la misma hermandad cantado el Stabat Mater, mientras el resto de hermanos rezan el rosario.

El Remedio de Ánimas recordará que el Lunes Santo de 2020 los únicos sones que se escucharon fueron los de una misa de hermanos en San Lorenzo emitida por redes sociales, desde las que animaban a los “hermanos y hermanas de la Estrella, Merced, Sentencia, Vera Cruz y Vía Crucis; hoy no nos encontraremos con el Santísimo en la Catedral, pero cada uno desde su hogar, seguiremos la misma Cruz. Mucho ánimo, hermanos del Lunes Santo”.