El Imperio Romano de Montoro es una institución representativa de la Semana Santa de esta población del Alto Guadalquivir, teniendo referencias documentadas de los soldados romanos que escoltaban a la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno en un inventario de la cofradía fechado en 1.674.

El Imperio Romano realiza su aparición en la Semana Santa montoreña el Jueves y Viernes Santo, comenzando sus desfiles con la salida desde el domicilio del comandante para, a continuación, recoger el estandarte y la bandera, sus insignias principales. Tras un ensayo, se dirigen hacia la plaza del Charco para, una vez formados, proceder al Prendimiento del Cristo de La Humildad de la Hermandad de la Santa Vera Crux. Una vez que acompañan esta imagen hasta su iglesia, también realizan un desfile de recogida de las autoridades civiles y eclesiásticas hasta el Ayuntamiento y, a continuación, se procede al reparto de "guardias" ante los altares de la distintas iglesias donde está expuesto el Santísimo.

En la madrugada del Jueves Santo el Imperio Romano acompaña desde su salida y hasta su entrada a la imagen titular de la cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y el Viernes Santo por la tarde y después del maravilloso desfile, muy esperado por locales y foráneos, escoltan al Santo Entierro.

El Imperio Romano de Montoro está bajo las órdenes de un comandante y lo forman unos 400 componentes, vistiendo cada cuerpo un color diferente en su capa, faldilla y morrión (penacho que culmina el casco metálico). Constituye un elemento singular de la Semana Santa montoreña y, junto a la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, uno de sus pilares.

A su vez, la Cofradía de la Santa Vera Crux, la más antigua de Montoro (fundada en 1554), y la Hermandad del Santísimo Cristo de la Flagelación y Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos también tuvieron su estación de penitencia por las calles montoreñas. La primera sale de la iglesia de Santiago, del siglo XVI, y la segunda desde la iglesia del Hospital de Jesús Nazareno, fundado en el siglo XVII por el Cardenal Salazar. En este día destacan además dos estampas: la escenificación del Prendimiento en la plaza de El Charco, donde Judas, integrado en la Agrupación de Apóstoles y Discípulos del Señor, besa a Jesús y éste es prendido por el Imperio Romano, o la carrerilla de la Hermandad de la Flagelación por la muy inclinada calle Salazar justo antes de recogerse en su templo.