Domingo de zozobras y de dificultades

Domingo de ramos

La Borriquita es la única hermandad que se libra de la inestabilidad primaveral El Rescatado se da la vuelta y La Esperanza acorta recorrido acosada por la llovizna, mientras que el Huerto, Amor y Las Penas siguen

Félix R. Cardador

25 de marzo 2013 - 01:00

DOMINGO de Ramos o domingo de zozobras o domingo de desafíos. Domingo de intriga, en todo caso. Las seis hermandades cordobeses a las que les correspondía salir en procesión pusieron el pie en la calle, pero todas ellas, salvo la Borriquita, sufrieron las inestabilidad del tiempo primaveral. Dos de ellas tuvieron que modificar sus recorridos y volver a sus templos, mientras que las otras tres pudieron realizar su estación de penitencia con cierta normalidad. Fue doloroso en todo caso ver en ciertos momentos las enormes dudas que padecieron los responsables de las hermandades. Ellos son los guardianes del legado histórico que atesoran y los que mejor saben que su deber es entregar ese tesoro a los que vendrán tal cual lo encontraron o incluso en mejores condiciones, enriquecido. Por eso se siente cualquier cordobés muy cerca de las personas que ayer tuvieron que tomar decisiones comprometidas cuando a los nubarrones viajeros que navegaban por la tarde cordobesa les dio por hacer de las suyas. El paso de La Esperanza, de hecho, dio la vuelta en la calle San Pablo, muy cerca ya de Capitulares, y poco después cambió de nuevo la idea y dio media vuelta para seguir adelante. Acabó parte de la hermandad refugiada en el instituto Góngora y luego optó por regresar a su templo con un recorte sustancial de su recorrido, aunque, eso sí, con la carrera oficial completada.

El día había comenzado, sin embargo, con buenas noticias. Meteorología anunciaba lluvias muy probables la tarde anterior, pero, sin embargo, la mañana apareció con nubes y claros y sin agua. A las 10:30 San Lorenzo se convertía un año más en el epicentro de la histórica y personalísima Semana Santa cordobesa. Cientos de familias acudieron allí para ver salir a la Cofradía de Nuestro Padre Jesús de los Reyes en su Entrada Triunfal en Jerusalén, la popular Borriquita. Niños, muchos niños, y también mucha alegría hubo en una procesión de profundo significado, con sabor a bienvenida, con vaivenes de palmas y olivos, que pudo realizar su recorrido sin impedimentos y volver a casa de forma brillante y feliz.

A mediodía, sin embargo, se veían llegar por el horizonte unos nubarrones preocupantes. Surcaban rápidos los cielos y parecían traer malas noticias. Sin embargo, y pese a que las hermandades se tomaron su media hora para decidir qué hacían, la salida de El Amor desde Jesús Divino Obrero, de las Penas desde el Barrio de Santiago y del Rescatado desde los Trinitarios hicieron pensar que Córdoba se preparaba para un Domingo de Ramos sin incidentes. Luego se sumaron otras buenas noticias como la decisión de las hermandades del Huerto y de La Esperanza de encaminarse, aunque con un pequeña demora de seguridad, hacia la carrera oficial.

Todas estaban ya en la calle cuando unas tímidas gotas en el Centro de la ciudad comenzaron a aguar la primera jornada de la Semana Santa cordobesa, tan acosada este año por las malas previsiones. Fue entonces cuando la Esperanza dio dos vueltas antes de decidir hacer la carrera oficial y cuando la hermandad del Rescatado, sin atisbar siquiera Las Tendillas, mientras avanzaba a la altura de la Reja de Don Gome, justo cuando acababa de abandonar la hermosa plaza de San Agustín, decidió que lo mejor dadas las circunstancias era regresar hacia Nuestra Señora de Gracia y esperar a otro año para econtrarse con el pueblo de Córdoba en el Centro de la ciudad. Fue una lástima, que sólo compensó el hecho de que las cofradías del Huerto, del Amor y del Santísimo Cristo de las Penas sí pudieran, pese a las dificultades, mantener su decisión de completar su recorrido. La lluvia había cesado y a última hora del día, frisando ya la medianoche, los cielos se mantenían aún clementes con las hermandades mientras regresaban a sus templos.

Fue un Domingo de Ramos en todo caso incompleto, doloroso, de dudas, de indecisiones en el que, pese a todo, se vivieron magníficos momentos cofrades y en el que miles de niños se fueron felices a la cama. Seguro que cierto espíritu esperanzado recorrió sus sueños. La lluvia jamás podrá con eso.

stats