Un caso "atípico" en el que el marido cuidaba de la víctima, que padecía una grave enfermedad
No había denuncia, ni orden de alejamiento ni indicios entre los vecinos de malos tratos
Aunque pase a engrosar el listado de fallecimientos por violencia en el hogar, la muerte de Paulina Roldán ayer en Carcabuey presuntamente a manos de su marido es un caso atípico, ya que ni había una denuncia previa ni una orden de alejamiento que pesara sobre el presunto autor de los hechos. Es más, los vecinos aseguran que no había indicios de malos tratos y que el matrimonio tenía una buena relación y que él era el encargado de cuidarla, ya que padecía una enfermedad. El matrimonio no solía discutir y el marido hacía tiempo que cuidaba de su mujer, cuya enfermedad la había llevado hasta el Hospital Infanta Margarita de Cabra, donde había recibido el alta recientemente. Los propios vecinos han mostrado una gran sorpresa tras conocer la noticia y han afirmado que "no se explican" cómo ha podido suceder el hecho ya que el marido "siempre estaba pendiente de ella".
Además, manifestaron que el sábado el hombre acudió a hacer la compra de los alimentos que podía tomar la víctima a causa de su enfermedad, que le impedía prácticamente salir de su casa. La directora del Instituto Andaluz de la Mujer en Córdoba, María Paz Gutiérrez, indicó a Efe que, según los primeros datos que se conocen, "no estamos ante un caso típico de violencia de género entre una pareja, sino que parece que se trata de un caso de desesperación ante una situación familiar delicada y casi insostenible, ya que el hombre era el cuidador de la mujer". Gutiérrez explicó que el organismo que dirige y la Junta se han puesto a disposición tanto del Ayuntamiento de Carcabuey como del hijo para prestarle todo el apoyo psicológico y jurídico que precisen.
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