Subbética

La Navidad resplandece en Lucena

  • Un angelote de 13 metros colocado en la Plaza Nueva y un árbol-pirámide gigante, situado junto a la iglesia de San Juan Bautista, son las principales novedades

  • Los feriantes montan sus atracciones y atienden sus puestos después de nueve meses sin trabajar

El angelote de 13 de metros de la Plaza Nueva.

El angelote de 13 de metros de la Plaza Nueva. / Manuel González

El incremento de una iluminación expandida a los barrios y a cinco rotondas de acceso al casco urbano compensa en Lucena la anulación de tradicionales señuelos en el final de cada año y la acotación y limitación de espacios en el Poblado Navideño.

Una comedida felicitación lumínica, en tonos blancos y azules, sobrevolando el Portal que otorga el sentido primitivo, preside la fachada del ayuntamiento. Una inscripción empequeñecida por la magnitud de la recreación belenística que continúa dominando la Plaza Nueva y el colosal angelote de 12 metros –uno de los atractivos originales de este año-, ubicado en las inmediaciones del templo parroquial de San Mateo.

Excepto reclamos e iniciativas inviables por la afluencia de personas que comportan, como el concurrido y simpático trenecito o las populares actuaciones musicales en la vía pública, el Consistorio ha preservado los componentes y embellecimientos ensamblados a esta época que suele transpirar júbilo, diversión y querencia.

Los motivos rigurosos de Navidad se compaginan con elementos de fantasía, concentrados en el núcleo del Paseo del Coso, convertido en un recinto encantado en torno a otro árbol gigante. Una caja de regalos reemplaza a personajes infantiles de carrozas de la Cabalgata de la Ilusión, suprimidos, también, en esta edición para evitar excesivas aglomeraciones en una reducida extensión. 

Arcos de luces en todos los barrios

Al menos dos arcos aéreos de ornamentación, aseguran desde el Ayuntamiento, refulgen en todos los barrios de Lucena y distintos adornos centelleantes se posan en el interior de hasta cinco glorietas y otros llanetes y contornos circulares.

La plaza que antecede a la iglesia de San Juan Bautista y al hospital San Juan de Dios cobija a un árbol-pirámide de 13 metros, estreno en este mes de diciembre. Metafórica esperanza e ilusión para los habitantes del contiguo centro de mayores, en unos tiempos de desconsuelo y fragilidad en el interior de las residencias.

“La naturalidad, el optimismo y la alegría” constituyen la base y los fines del proyecto navideño promovido desde la delegación de Fiestas, explica el edil José Pedro Moreno (PSOE). En suma, 600.000 puntos de luz led y 300 figuras volátiles cristalizan un alumbrado extraordinario diferente a precedentes montajes. Tres imágenes decorativas emulan a las estrellas de Oriente en las viviendas de los tres Reyes Magos, emisarios en Lucena el próximo 5 de enero.

Un tiovivo, coches de choques y camas elásticas de saltos y otras acrobacias, circunscritas a la Plaza de San Miguel, suponen el regreso del gremio de los feriantes, paralizado desde el tercer mes del año y desesperado por la imposibilidad de desarrollar su oficio. La inestabilidad atmosférica de las últimas jornadas agrava la suspensión de su actividad y mantienen los focos apagados y los toldos desenrollados.

"Desde marzo no hemos podido ir a ningún sitio"

En uno de los seis compartimentos artesanos instalados en la Plaza Nueva –normalmente se cuentan ocho-, Teodora Ramírez, a cargo de un puesto de palomitas, gominolas, chucherías, juguetes o algodón, relata que desde el Carnaval de Encinas Reales, celebrado en la primera semana de marzo, “no ha entrado un duro en mi casa, no hemos podido ir a ningún sitio”. Reanudaba su dedicación vital, iniciada hace 41 años, el pasado 4 de diciembre, al inaugurarse, sin ningún acto oficial, el Poblado Navideño. “Llevamos un año sin trabajar y tenemos que agarrarnos aunque sea a un clavo ardiendo”, prosigue agradeciendo que, ahora, “nos han dejado ponernos, pero el tiempo no acompaña”. Augura, finalmente, que tras “unos meses muy duros”, durante 2021, “los feriantes también lo tendremos crudo el verano que viene”.  

Comparte Teodora ese “poco movimiento” que aprecia con la visión observada por Carolina Cabeza, trabajadora de un expositor portátil de buñuelos, donde los despacha aderezados con chocolate, nata o azúcar glas. “Se nota la cosa muy floja”, insiste, “pero bueno, hay que adaptarse a las circunstancias”.

Explica, mientras continúan paseando familias que fijan sus ojos en sus productos, que “la gente una vez que son las seis de la tarde no se queda en la calle puesto que las tiendas han estado cerradas, sin bares y el tiempo no acompaña”. No  obstante, atempera la decepción apuntando que “no está la situación muy mal del todo”. Exhibe satisfacción porque “al menos podemos trabajar y lo intentamos” ya que “como no sea ahora en Navidad no hay nada”. Finalmente, lamenta que este período “es uno de los más importantes, sobre todo por la gente que venía de fuera a hacer las compras, bajaban al parking y subían y este era el paso”.

La gripe aviar ha impedido la presencia de patos, gallos o gallinas en jaulas u otras superficies adaptadas del Poblado. Jóvenes y mayores sí atisban y pretenden interactuar con conejos, cochinillos, ovejas y un poni. Los dispensadores de gel hidroalcohólico, el control de seguridad y el silencio intermitente recuerdan una pandemia pertinaz sobrellevada entre villancicos, guirnaldas y flores de pascua perennes en la Navidad de Lucena.

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