Alto Guadiato

San Sebastián recorre las calles de Fuente Obejuna

Procesión de San Sebastián en Fuente Obejuna.

Procesión de San Sebastián en Fuente Obejuna. / El Día

San Sebastián, el patrono de la arquería, de los soldados y los atletas, ha recorrido este viernes las calles de Fuente Obejuna, de donde también es patrón, en una jornada muy fría que no ha impedido que los vecinos se echen a la calle. La procesión ha partido a las 12:30 y al término, en el Palacete Modernista, ha tenido lugar la tradicional convivencia. Por la tarde, el hogar del pensionista ha organizado distintos actos.

Dos Torres, Torrecampo, Alcaracejos y Villaviciosa también han realizado distintos actos para festejar San Sebastián. En en este último municipio, tiene lugar la fiesta de los tomillos. Mientras, San Sebastián de los Ballesteros aplaza a este domingo la procesión y el tradicional pavo con fideos, que regresa a la caseta municipal.

Sebastián nació hacia el año 256 en Narbona, hoy territorio francés, pero que en ese momento formaba parte del Imperio Romano. Siguió la carrera militar con éxito y llegó a ser jefe de la cohorte de la guardia imperial romana. Sin embargo, contra lo que podría esperarse de alguien al servicio directo del emperador Diocleciano, célebre perseguidor de cristianos, Sebastián se convirtió a la fe y abrazó la causa de Cristo.

Consciente del sufrimiento de sus hermanos perseguidos, aprovechó su cargo militar para protegerlos y ayudar a quienes caían prisioneros. Durante algún tiempo tuvo éxito en su propósito, gracias a que mantuvo en secreto su fe y a que cumplía con sus deberes militares con esmero. Sin embargo, fue traicionado y denunciado por no participar en los rituales habituales ni en las fiestas.

Aunque se le ofreció el perdón a cambio de que renunciara a ser cristiano, Sebastián no aceptó la propuesta, fue degradado, castigado con crueldad y luego condenado a morir atravesado por las flechas.

Cuenta el martirologio que, el día de su ejecución, San Sebastián fue llevado al estadio, despojado de sus ropas, atado a un poste y ejecutado. Sus antiguos subordinados fueron los encargados de descargar sus flechas contra su cuerpo. Es la terrible escena con la que históricamente se ha representado al mártir y como ahora sale en procesión en los pueblos.

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