La crisis del coronavirus ha provocado el cambio en el método de enseñanza en todos los niveles. Si durante la primera ola del covid-19, casi de la noche a la mañana los centros educativos tuvieron que reinventarse y actualizarse para garantizar las enseñanzas de manera virtual, a lo largo de este curso -en plena segunda ola- se combinan ambos métodos para evitar cualquier tipo de contagios.

Sin embargo, la Escuela Politécnica Superior de Belmez de la Universidad de Córdoba (UCO) ha ido un paso más allá y se ha decantado por las aulas espejo para "garantizar la presencialidad al cien por cien del alumnado", según ha explicado a el Día su directora, Francisca Daza.

Pero, ¿qué son estas aulas espejo? Pues es un sistema que permite que mientras un profesor de este centro imparte clases, en otra de de las unidades otro grupo de alumnos de la misma asignatura recibe su formación en directo, pero a través de una pantalla de televisión.

Daza ha detallado que se trata de "un sistema que mediante la instalación de cámaras, micrófonos y ordenadores en todas las aulas que combina las clases presenciales en el aula con el profesor con la retransmisión en directo a otras aulas adyacentes dentro de la propia escuela y a su vez, estas cámaras permiten que, simultáneamente, las clases sean retransmitidas por videoconferencia, en sesiones síncronas, a través de las plataformas virtuales de la Universidad de Córdoba".

De esta forma, continúa, la Escuela Politécnica "no renuncia al carácter presencial que es intrínseco a la escuela, garantiza la calidad, la seguridad y el valor añadido que la asistencia a clase tiene en la formación integral del alumnado".

Otra de las ventajas que cita es que este sistema "permite la adquisición de las competencias y resultados de aprendizaje, a la vez que cubre cualquier eventualidad que pueda afectar a los alumnos, posibilitando que si surgen problemas de desplazamiento o sanitarios sigan las clases desde su propio domicilio".

"Es muy importante que los alumnos se mantengan dentro del ambiente universitario, que no pierdan el contacto con sus profesores y compañeros", sostiene y añade que "lo ideal es que los estudiantes estén en sus clases y tengan relación presencial".

Para la puesta en marcha de este dispositivo, la Politécnica de Belmez, que roza ya el siglo de vida, ha hecho una inversión superior a los 11.000 euros. 

Acceso del alumnado a la Escuela Politécnica Superior de Belmez.

Daza recuerda también que en el centro "se han puesto todas las medidas de higiene y seguridad para garantizar la máxima presencialidad y la máxima calidad de docencia, el inicio escalonado de las clases en distintas franjas horarias para evitar la concentración de personas en los accesos a las aulas".

Al igual que en el resto de facultades de la UCO también se han instalado códigos QR de identificación, además de la disposición de circuitos de entrada y salida de alumnado y profesorado, así como medidas de distancia interpersonal.

El uso obligatorio de la mascarilla, gel desinfectante antes de entrar en la escuela y en las aulas, la intensificación de la limpieza y desinfección de las instalaciones y la ubicación de mamparas protectoras y ventilación son otras de las medidas que se han dispuesto en la Escuela Politécnica de Belmez para evitar que se produzcan cualquier tipo de contagio por coronavirus.

A lo largo de este curso son medio centenar de profesores los que imparten clases en este centro de la institución académica, que sigue incrementando el número de alumnos de nuevo ingreso. Al respecto, Daza informa de que aunque todavía no se ha cerrado el periodo de adjudicación de la fase extraordinaria de la Selectividad, son ya 70 los estudiantes que se han matriculado en el centro para comenzar sus estudios en él.

La oferta académica de la Escuela Politécnica Superior de Belmez de este curso incluye el grado en Ingeniería Civil; el grado en en Ingeniería de la Energía y Recursos Minerales, el doble grado de Ingeniería Civil y Administración y Dirección de Empresas; la también doble titulación de Ingeniería en Recursos Energéticos y Mineros e Ingeniería Eléctrica; además del doble grado de Ingeniería Civil e Ingeniería de la Energía y Recursos Minerales, junto al máster interuniversitario en Ingeniería de Minas. 

Su directora, además, destaca que la escuela "sigue aumentando un año más el número de matriculaciones, llegando a los 250 estudiantes". "Se trata de un proceso de crecimiento que le posiciona como un centro de referencia en ingeniería y tecnología que apuesta por las ingenierías de futuro, como son la ingeniería civil, las energías renovables, el medio ambiente y las nuevas tecnologías digitales", subraya.

El centro es el único de la UCO que no se encuentra en la capital cordobesa y, por ello, el alumnado cuenta con un servicio de autobús desde Córdoba para acudir al centro cada día. El bono mensual cuesta 30,5 euros. Además, dispone de una residencia universitaria en Belmez, para la que en el último consejo de gobierno de la institución académica se han destinado 20.000 euros en ayudas.