Entrevista

Miguel Ruz, alcalde de Montalbán: "La marca IU no es sospechosa de inventos de laboratorio"

Miguel Ruz (IU), alcalde de Montalbán.

Miguel Ruz (IU), alcalde de Montalbán. / El Día

Convertido en uno de los grandes referentes de Izquierda Unida en toda Andalucía, Miguel Ruz (Montalbán, 1972) afronta su cuarto mandato como alcalde, de nuevo con una mayoría absoluta incontestable. "El futuro de la formación pasa por volver a la línea original, de defensa de la clase trabajadora, políticas verdes, apoyo al pequeño y mediano empresario, al medio rural...", reflexiona el primer edil, que insiste en que, desde el punto de vista orgánico, solo es un "militante de base". 

-Se encuentra en su cuarto mandato, de nuevo con mayoría absoluta. ¿Ha dejado ya de sorprenderle este respaldo popular tan importante?

-Nunca. No dejan de sorprenderme el cariño, el respaldo y el apoyo de gran parte de la población de Montalbán. Y tampoco se me olvida el gran apoyo y el gran cariño que recibo desde muchos puntos de la comarca y desde Córdoba, incluso de personas de otras tendencias políticas, no solo de mis compañeros de IU. El apoyo en las elecciones municipales es muy gratificante. Se valora mucho el perfil de la persona, pero creo que independientemente de eso estamos haciendo un gran trabajo. Conseguir una nueva mayoría absoluta no es nada sencillo, y el amplio respaldo que logramos en mayo sigue siendo muy ilusionante. 

-¿Cómo ha cambiado Montalbán desde que es alcalde?

-Después del ciclo entre 1999 y 2007 en que gobernaron el PSOE y el PP, y luego con el PSOE en minoría, arrancó la etapa de IU, y a partir de ahí se asentaron unos primeros cimientos. En 2011 llegué a al Alcaldía acompañado en este viaje de grandes compañeros, algunos de los cuales aún continúan conmigo. Considero que Montalbán es ahora un pueblo mucho más dinámico económicamente, con una gran agenda cultural y accesible. Además, somos de los municipios con menos desempleo de la Andalucía interior, a lo que se suma que el casco histórico se ha transformado prácticamente en su totalidad gracias a sucesivas obras de mejora y embellecimiento. 

-En todo este tiempo, ¿ha estado a punto de tirar la toalla alguna vez?

-En los momentos más duros del confinamiento, por culpa de la pandemia de Covid-19... Fue una cuestión que se nos escapaba de las manos, un problema totalmente sobrevenido, y sentí impotencia e inseguridad. Se frenaron el ímpetu y la ilusión, pero la semilla estaba ahí y luego se han seguido manteniendo los empleos y el bienestar social. Conseguimos pasar página.

-¿Cuáles son los proyectos principales para el mandato actual?

-Hay algunos que son de prioridad absoluta, el primero de ellos la puesta en carga de suelo para construir vivienda asequible en el municipio. Es un proyecto que ha impulsado no solo el gobierno municipal, sino la corporación al completo. La vivienda es competencia directa y exclusiva de la Junta de Andalucía, pero debido al escenario en que nos encontramos desde hace más de una década, en el que con cuentagotas y de manera casi inexistente se construyen promociones sociales, no hemos tenido más remedio que asumir la responsabilidad. Montalbán es un pueblo muy dinámico y necesita una renovación del parque de vivienda, así como precios asequibles para parejas jóvenes, familias nuevas o pequeños inversores que se decanten por el modelo de autoconstrucción. En diciembre de 2022, adquirimos en torno a 20.000 metros cuadrados de suelo urbanizable, con una inversión de unos 300.000 euros. El proyecto está pendiente de la adaptación del proyecto de urbanización para que en los meses venideros se aprueben las obras. En total, hay una capacidad máxima de 140 parcelas, pero seremos flexibles para aquellas familias que quieran varias parcelas.

-¿Se han encontrado solos en este proyecto?

-En diez años, no hemos tenido apoyo de administraciones superiores, ni de la Junta ni del Estado, y ha sido el Ayuntamiento el que ha tenido el arrojo de dedicar el ahorro municipal, y ello sin ser el competente. Pero entendíamos que éramos nosotros los que debíamos tirar del carro.

-La residencia de mayores es un proyecto que lleva inconcluso varios mandatos. ¿Qué previsiones tiene?

-Sí, y me gustaría destacar que durante el actual mandato queremos finalizar y poner en marcha la residencia, que está en la recta final. Esperamos iniciar en la primavera la última fase de obras, y confiamos en que en el plazo de un año y medio esté terminada y podamos abrirla. Es un sueño de muchísima gente, pues son numerosos los vecinos que esperan como agua de mayo ver este proyecto hecho realidad. Al mismo tiempo, velaremos por que el servicio de ayuda a domicilio se siga prestando. Da trabajo a cerca de 70 personas, con 140 usuarios, lo que son datos muy elevados para un pueblo de menos de 5.000 habitantes. Como proyectos prioritarios, también quiero señalar que seguiremos trabajando para poner a disposición de los empresarios y los emprendedores suelo industrial, y que iremos construyendo en diferentes fases la ronda Oeste. 

-¿Qué asuntos tienen las administraciones públicas pendientes con la localidad?

-Algunos son más recientes y otros vienen de más lejos. Está pendiente la mejora del trazado de la carretera de Montilla a Montalbán. En septiembre pasado, el vicepresidente de la Diputación, Andrés Lorite, anunció una inversión de 1,7 millones de euros, y confiamos en que se materialice. Es una vieja reivindicación que puede ver por fin la luz al final del túnel. Por parte de la Junta, esperamos desde hace más de 20 años la construcción de la depuradora de aguas residuales de Montalbán y La Rambla; al parecer, puede estar próximo el inicio de la obra, quizás durante el verano. Y a la Delegación de Carreteras de la Junta se le lleva trasladando desde hace diez años la mejora de la carretera de Puente Genil a Montalbán, que constituye el trazado natural de la población pontanesa a Córdoba capital desde tiempos ancestrales y está en estado pésimo, con varios puntos negros, curvas muy peligrosas y un firme muy irregular. Necesita una mejora importante y urgente. También necesitamos apoyo para vivienda social, pues no es un capricho, sino una necesidad. Al mismo tiempo, hemos solicitado ayuda para mejoras en infraestructuras deportivas, porque somos un pueblo pequeñito pero matón que nos hemos destacado en diferentes modalidades como voleibol, ajedrez, tenis de mesa, baloncesto, atletismo... 

-La agroindustria es el principal sustento económico del municipio, y hace un año nació la marca de garantía Melón de Montalbán. ¿Se está ya utilizando? ¿Qué va a suponer?

-Se anunció en la primavera pasada y es un trabajo que se ha hecho de manera conjunta entre el Ayuntamiento, el Centro Agropecuario y el Ifapa. Ahora se está trabajando con los meloneros de Montalbán para cultivar las semillas de las cuatro variedades autóctonas y auténticas de la campiña. Son semillas protegidas que se conservaban en el Banco de Germoplasma y se han distribuido de manera gratuita. La clave es que los productores arriesguen y que ese esfuerzo repercuta económicamente ahora que tan de moda están las protestas por los bajos precios. Lamentablemente, hay que destacar la sequía tan severa y tan atroz que nos está castigando. Así que la marca de garantía dependerá de la primavera, porque si no hay regadío difícilmente podrá llevarse a cabo este primer cultivo. 

-La sequía, de hecho, provocó una caída del 50% de la cosecha del ajo. ¿Qué ha supuesto esto para la economía del municipio?

-Las perspectivas son muy preocupantes, aunque todo puede cambiar de un momento a otro si llueven 200 litros y vemos correr el agua por el campo. El problema es que encadenamos una secuencia de nueve temporadas hidrológicas en las que llueve por debajo de lo normal en la provincia. Esto ha hecho que se cultive solo una tercera parte de lo habitual, lo que se traduce en varios miles de jornales menos por campaña. Los agricultores no tienen garantías de que se vaya a poder regar, a lo que se une que el cultivo del ajo es caro, necesita tratamientos y mucha mano de obra. 

-¿Cómo se está viviendo la crisis del campo en Montalbán?

-Con mucha expectación, porque somos un pueblo de pequeños, medianos y grandes agricultores hechos a sí mismos, que han generado riqueza sin tener una herencia que los respalde. Y estamos expectantes, pendientes de si la Unión Europea cambia su manera de hacer política, que es negativa para la agricultura europea, española, andaluza y cordobesa. En mi caso concreto, no me considero hombre de campo, pero sí lo es mi pueblo, por lo que me preocupo por la situación. El problema es que las políticas europeas no son nuevas, sino que vienen de hace 25 años, con normativas contradictorias y perjudiciales. Se supone que deberían proteger a los agricultores, pero muchas decisiones van en contra.

-La Feria del Vino de Tinaja se ha convertido en una de las mayores señas de identidad de Montalbán y este año cumple su décimo aniversario. ¿Hay preparado algo especial?

-La Feria del Vino de Tinaja comenzó como una aventura, aunque desde el principio tenía vocación de consolidarse. Y lo hemos conseguido. Ahora tenemos una de las mejores catas de vino de Andalucía, con más de 33.000 visitas el año pasado. Son unos números bárbaros. Este año la celebraremos los días 15, 16 y 17 de marzo, con un reconocimiento al vino y el baile.

-En el anterior mandato, fue también diputado provincial en un gobierno de coalición entre PSOE e IU. ¿Qué balance hace de ese período?

-Es un balance muy positivo. Al principio tenía ese pellizquito por cómo podía dar la talla en la responsabilidad que se me asignó, Empleo. Pero pronto engrasamos un equipo comprometido y fantástico. Fue muy bonito conocer empresas, ayuntamientos, a compañeros... Intentamos sembrar la semilla de la prosperidad poniendo en marcha planes de empleo y autoempleo. A todas luces, ha sido un bagaje muy positivo, una experiencia muy bonita. 

-En lo político, cada vez que se alcanza un pacto entre PSOE e IU, en el mandato siguiente sale IU perdiendo...

-No creo que se deba relacionar la bajada de cinco a dos diputados provinciales a ese acuerdo de gobierno, porque hicimos una gran labor y recibimos halagos hasta de ayuntamientos del PP por el reparto de los fondos que hicimos. En lo político, fueron cuatro años muy difíciles, con dos de pandemia, en los que se hizo una gestión muy digna. Han podido suceder otras circunstancias, como la inercia del voto fácil al PP, candidaturas que no recibieron el respaldo previsto, una abstención evidente en la bolsa de la izquierda, veteranos que dieron un paso al lado, nuevas caras que a lo mejor necesitan unos años de recorrido para tener tirón... Existen variables que en cada partido judicial son diferentes. Son ciclos.

-Una de las primeras decisiones del nuevo equipo de gobierno de la Diputación, del PP, fue suprimir la Delegación de Memoria Democrática. ¿Qué sintió?

-La memoria democrática es intrínseca a los gobiernos de izquierdas, por lo que desgraciadamente no nos sorprendió esta decisión, aunque no lo entendemos, pues en países como Italia, Alemania, Países Bajos, Argentina o Uruguay no han tenido nunca pudor en reivindicar la memoria democrática. Lo que sí le pediría de manera general a mi colega y amigo Salvador Fuentes, presidente de la Diputación, es que hiciera un reparto justo y equitativo en los programas económicos y en la manera posible, continuista. La provincia existe, está muy viva y necesita a la Diputación.

-Ha sido nombrado presidente de la Mancomunidad de Municipios de la Campiña Sur, un cargo que hasta ahora ocupaba la alcaldesa de Moriles, Francisca Carmona, del PSOE. ¿Qué cambios quiere impulsar en la entidad supramunicipal?

-Quiero consolidar los servicios y conseguir nuevos fondos y subvenciones para habilitar nuevas prestaciones sin que los ayuntamientos tengan que abonar una mayor cuota. En este sentido, se está trabajando desde hace varios meses en la consecución de fondos europeos para los municipios menores de 10.000 habitantes, lo que permitiría prestar apoyo en temas de ganadería, agricultura, turismo, caminos rurales, fomento de la cultura o deporte mancomunado. Son asuntos que se hacían hace unos años y quedaron en el olvido. Pretendemos dar ese empujón.

-¿Considera que la Mancomunidad estaba paralizada?

-Lo que hemos intentado es un cambio de ritmos para alcanzar nuevos objetivos. Somos inconformistas y vamos a trabajar por el interés de todos. 

-Hablando de política, el PP está cada vez más presente en la comarca, con alcaldías en La Rambla y San Sebastián de los Ballesteros y una presencia cada vez más fuerte en el resto de municipios. ¿Está dejando la llamada campiña roja de ser tan roja?

-Según se mire, es interpretable, y yo diría que no, en absoluto. Tenemos tres importantes alcaldías, un gobierno progresista en Montilla e independientes en Montemayor y La Guijarrosa que son abiertamente de izquierdas, progresistas y amantes de las libertades. Lo de campiña roja es un calificativo cariñoso que, de alguna manera, está viviendo una pequeña transformación. 

-¿Qué futuro le ve a IU? 

-Montalbán es un referente nacional de militancia, con cerca de 180 inscritos, por lo que superamos prácticamente a todas las capitales de provincia de España. Pero Miguel Ruz, a efectos de organización, es un militante de base, con el reconocimiento de haber sido nombrado presidente de la Mancomunidad, lo que me llena de orgullo. Desde esta perspectiva, si dijera que IU se encuentra en horas potentes, sería un iluso, aunque es cierto que en Córdoba hay muchas mayorías absolutas importantes como Fernán Núñez, Fuente Palmera, Aguilar de la Frontera o Nueva Carteya... Y en el conjunto de Andalucía la marca IU aguanta. Pero es cierto que estamos en una fase de reflexión. El futuro de la formación pasa por volver a la línea original de IU, de defensa de la clase trabajadora, políticas verdes, apoyo al pequeño y mediano empresario, al medio rural... Los extremismos que han surgido a través de estos partidos llamados modernos, como Podemos, no llevan a ninguna parte. Siempre dije que América estaba ya descubierta.

-¿Y qué opina de Sumar? 

-Es una herramienta muy interesante, en la que IU es un pilar fundamental. Pero mi objetivo es que la marca IU se conserve, porque hay mucha gente, incluso que vota a la derecha, que le tiene aprecio. La marca IU no es sospechosa de inventos de laboratorio.

-Ha especificado antes que en IU, pese a sus resultados electorales, es solo un militantes de base. ¿Es un reproche?

-No. Tengo unas relaciones excelentes con la dirección actual de IU, y ellos conmigo igual. He formado parte de la dirección provincial y andaluza de la mano de Alba Doblas, Pedro García o Antonio Maíllo. Ahora no, pero no soy persona de reproches. Soy de los que ven siempre la botella medio llena, no busco protagonismo.

-¿Qué plazo temporal se da en la política?

-Siempre estoy a disposición del partido y de mi gente... No he aprobado ningunas oposiciones y siempre he criticado abiertamente a quienes se agarran a los sillones. Vengo del mundo de la pequeña y mediana empresa, y mis intenciones no son jubilarme aquí. De hecho, pensaba que esta experiencia iba a ser más corta, yo le daba ocho años, y ni en mis mejores sueños estaba empezar el cuarto mandato. Pero que quede claro que no soy un funcionario de la política. 

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