Subbética

Lucena impulsará en 2021 los proyectos de rehabilitación de las Bodegas Víbora, palacete barroco y alfolíes ducales

  • Un estudio previo analiza posibles usos de edificios y solares municipales

  • El Ayuntamiento diseña una agenda estratégica urbana para acceder a programas de subvenciones

Interior de los alfolíes ducales.

Interior de los alfolíes ducales. / El Día

Un estudio encomendado a la Fundación Investigación de la Universidad de Sevilla examina las singularidades, potencialidades y elementos definitorios de los edificios y terrenos que pertenecen al Ayuntamiento de Lucena.

Esta misión técnica, adjudicada a la institución pública por 7.000 euros, conjuga una doble vertiente, engarzadas, indispensablemente, ambas entre sí. El trabajo académico verificará posibles usos tanto de los inmuebles como de los solares y, además, significa el germen de una agenda estratégica urbana, requisito exigido por administraciones superiores al aprobar subvenciones destinadas a actuaciones asociadas a estas propiedades.

Desde hace años, la imposibilidad de conseguir financiación ha paralizado la restauración y revaloración, especialmente, de tres construcciones históricas adquiridas por el Consistorio mediante una expropiación forzosa dictada por el Plan General de Ordenación Urbana, al atribuirles una protección excepcional.

En 2007, se culminaba la compra de las antiguas Bodegas Víbora y, durante el último lustro, el mismo procedimiento ha concluido con la incorporación al patrimonio local de los alfolíes ducales del Paseo del Coso y el palacete barroco de la calle Condesa Carmen Pizarro. El desembolso total ronda los 2,9 millones.

El departamento de Régimen Interior justifica el encargo realizado a la Universidad de Sevilla en su “vocación” de concurrir a programas pilotados por organismos públicos. Por tal motivo, el Ayuntamiento pretende dotarse de una “cartera de actuaciones”, jalonada en el segundo plan estratégico.

El propio concejal de Urbanismo, César del Espino (PSOE), ha admitido que las expectativas relativas a la consecución de fondos ahora son más propicias.

Encauzada la redacción del análisis previo que también reparará, por ejemplo, en el Palacio Erisana o la Escuela Municipal de Música y enumerará, además, las necesidades prioritarias del Ayuntamiento, Del Espino ha avanzado que en los presupuestos del próximo ejercicio, respectivos epígrafes “contemplarán” partidas concretas que sufragarán los proyectos básicos y de ejecución de las tres construcciones protegidas con la máxima calificación en el PGOU. Este documento especificará “la valoración exacta del dinero que se necesita para construir y desarrollar el uso elegido”.

Museos, establecimientos hoteleros, de restauración o comerciales, recursos culturales y hasta espacios administrativos o sociales son algunas de las alternativas barajadas en el porvenir de estos enclaves.

Tres procesos de expropiación forzosa

Acerca de las Bodegas Víbora, ejemplar genuino de la ingeniería industrial del siglo XIX, y, actualmente, en estado ruinoso, César del Espino ha advertido de que la ejecución del aparcamiento subterráneo conlleva “indubitablemente” la preservación “casi simultánea”, al menos, “de las cuatro paredes y el techo”. Ubicado en la avenida del Parque, el PGOU resalta su “alto valor arquitectónico y arqueológico”. La compra asumida por el Ayuntamiento se sellaba en el 2003 por 1,6 millones de euros.

En el número 8 de la calle Condesa Carmen Pizarro se localiza un antiguo palacio, del Barroco pleno, levantado entre los siglos XVII y XVIII. Un frontón triangular partido es uno de sus rasgos identificativos. Su protección es estructural y la operación, culminada en 2018, supuso extraer 600.000 euros de las arcas municipales.

A pocos metros, en el Paseo del Coso, una planta basilical sostiene unos alfolíes ducales datados en la segunda mitad del siglo XVIII. La catalogación aprobada refleja una protección integral, estructural tipológica y compositiva estilística. Con una utilidad primitiva como almacén, quedan encuadrados en el barroco tardío. Comúnmente son nombrados como La Tercia, su precio final ascendió a 700.000 euros y se vislumbran conexiones interiores con el palacete barroco.

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