El segundo parking de Lucena de grandes dimensiones se adentrará en el subsuelo de las antiguas Bodegas Víboras. Con financiación y gestión municipal, absorberá a un máximo de 200 vehículos y su estructura diferenciará tres plantas. El equipo de gobierno aspira a inaugurar esta ejecución antes de la finalización del presente mandato corporativo, es decir, en 2023, y el presupuesto calculado es de tres millones de euros.

A lo largo de los años, multitud de voces ciudadanas, colectivos de diferente índole y formaciones políticas han reclamado la construcción de una nueva infraestructura de varios centenares de plazas. La progresiva eliminación de estacionamientos en el casco urbano y la intermitente ocupación completa del aparcamiento subterráneo de la Plaza Nueva han acrecentado la insistencia sobre esta demanda.

Distintos emplazamientos en el anillo que circunda al centro de la ciudad y alternativas como la adecuación de edificaciones en varios niveles de altura han precedido a la decisión aprobada en el consejo de administración de EPEL, la empresa pública Aparcamientos de Lucena.

Un estudio previo, realizado por el arquitecto lucentino Manuel Roldán Fernández, sustenta la viabilidad urbanística y de enclavamiento de este proyecto, planteado sobre 6.000 metros cuadrados. En breve, exactamente el próximo martes día 27, el Pleno aprobará la cesión del suelo, de titularidad municipal, a EPEL.

Los plazos que se barajan estiman en un año, aproximadamente, los trámites administrativos correspondientes a la licitación, tanto de la redacción del plan de obra como de la propia de ejecución. El tiempo de intervención material comprendería entre 12 y 18 meses.

Conexiones con las principales carreteras

El presidente de EPEL, el concejal socialista José Pedro Moreno, ha argumentado la elección de la ubicación esgrimiendo tanto el Plan de Movilidad como el Segundo Plan Estratégico, documentos, ha afirmado, que califican la Avenida del Parque como “sitio vulnerable donde se debe hacer un aparcamiento”.

Otra ventaja primordial, añade, es el impulso a la peatonalización que se vislumbra ya que quienes utilicen este equipamiento avanzarán, a pie, por la calle San  Pedro hacia el centro histórico. Por lo demás, Moreno Víbora ha señalado que alrededor del inmueble del siglo XIX se localizan servicios básicos, como el colegio Virgen de Araceli o el centro de salud 1; la jefatura de la Policía Local o el cuartel de la Guardia Civil; establecimientos comerciales; museos como la Casa de los Mora y el Palacio de los Condes de Santa Ana; el Juzgado; la sede de Hacienda Local; o dependencias de la Seguridad Social.

Finalmente, ha hecho referencia a las conexiones directas con la Autovía del Olivar y la A-45, hacia capitales como Córdoba, Sevilla y Málaga.

La actuación engloba la protección básica de las antiguas Bodegas Víbora, adquiridas por el Ayuntamiento en 2007, con un desembolso de 1,6 millones. Desde entonces, permanecen inhabilitadas y experimentan un deterioro creciente.

Desde el Ayuntamiento puntualizan que la actividad diaria del aparcamiento podrá compatibilizarse con el uso que finalmente se le otorgue a la superficie, después de afrontar la imprescindible rehabilitación, pospuesta, en los últimos años, por la imposibilidad de obtener recursos económicos procedentes de administraciones superiores.

Salvo el desfase ocasionado en estos meses por la pandemia, la cuenta de explotación del aparcamiento de la Plaza Nueva “es positiva”, destaca José Pedro Moreno. La obra arrancaba en 2006 y comenzó a funcionar en 2009, requiriendo de una inversión de 7 millones de euros. La capacidad implantada dobla a la que presentará el futuro parking que se localizará frente al Paseo de Rojas.