Tribuna

Salvador Gutiérrez Solís

@gutisolis

Producto nacional

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Producto nacional

Escribo este artículo cuando aún no he visto el desenlace de 30 monedas, la primera serie de televisión que ha dirigido Álex de la Iglesia para una plataforma, y que me ha tenido durante siete semanas en vilo, esperando que llegara el domingo, para disfrutar de un nuevo capítulo. Sí, una serie española lo ha conseguido, y no ha sido la primera, afortunadamente. En los últimos años, las producciones nacionales se han subido a ese carro que ya es una realidad plenamente establecida y que está marcando la evolución del ámbito audiovisual desde las dos últimas décadas, especialmente. Durante buena parte del Siglo XX, las series y películas creadas exclusivamente para consumo televisivo tuvieron una consideración inferior con respecto al cine, como tal, el destinado a las salas, que llegó a tener el tratamiento de arte, en algunos casos, mientras que las primeras no pasaban de ser catalogadas como mero entretenimiento, justificadamente -salvo unas cuantas honrosas excepciones-.

Con la llegada del nuevo siglo, y la proliferación de los canales de pago y de las plataformas digitales, especialmente, se ha reconvertido o creado una industria audiovisual específica para abastecer este nuevo mercado. Un mercado compuesto por millones de espectadores de todo el mundo que se han acostumbrado a consumir "televisión" de otro modo: a la carta, con capacidad de elección, en el momento deseado y sin soportar interrupciones. Un mercado compuesto, además, por un público que en su mayor parte han sido habituales consumidores de cine durante décadas. Tengamos en cuenta, además, la fulgurante evolución tecnológica: nuestros reproductores de televisión nos ofrecen una imagen de gran calidad. O sea, y a modo de resumen, un público que está dispuesto a pagar por una serie de comodidades y por producciones de calidad, en su propia casa.

Nuestro país, como de costumbre, ha llegado con retraso a esta nueva realidad, aunque no tan tarde como en otro tipo de cuestiones, que seguimos en el vagón de cola. The Wire, Mad Men o Los Soprano nos asombraron y marcaron el camino, y hasta Crematorio, la serie basada en la fastuosa novela de Rafael Chirbes, y protagonizada por un colosal Pepe Sancho, pasaron unos años, hablamos de 2011, pero desde entonces hasta ahora se ha evolucionado en la realización de un producto nacional más que digno, muy bueno en ocasiones. Y para ello sólo hace falta ver las propuestas de los últimos tiempos. Nos habría costado imaginar hasta hace unos pocos años una producción tan cuidada y la elaborada como La peste, del tándem sevillano compuesto por Alberto Rodríguez y Rafael Cobos. La acción, que siempre ha sido uno de los talones de Aquiles de la cinematografía nacional, se aprueba y con nota en la contundente La unidad. Patria, la adaptación de la célebre novela, a pesar de que se podría haber resuelto, a mi juicio, con menos episodios, lo que le habría procurado una mayor consistencia, ofrece secuencias realmente emocionantes. Antidisturbios es una serie memorable, un alarde de técnica y de realización a cargo de Rodrigo Sorogoyen, repleta de tensión, aciertos y momentos de un realismo que escapan de la ficción. Y hablando de documentales, hasta en ese ámbito hemos avanzado y mucho, como los que hemos podido ver en los últimos meses sobre el Palmar de Troya, la tragedia de las "niñas de Alcasser" y, sobre todo, el dirigido por el sevillano Olmo Figueredo, El Estado contra Pablo Ibar.

Y regreso al principio, al origen de este artículo, a las 30 monedas de Álex de la Iglesia. Vibrante, loca -gamberra a ratos-, divertida, arriesgada y enérgica, es de agradecer que el realizador vasco no haya renunciado a ninguna de sus características habituales en su propuesta televisiva. Una obra que se cimenta sobre el guión de Jorge Guerricaecheverría, pareja habitual de Álex de la Iglesia, y sobre un plantel de actores y actrices que bordan sus personajes. Excelente, una vez más, Eduard Fernández en ese cura "Rambo", espectacular Megan Montaner (más allá de la secuencia del capítulo 6), sorprendente Miguel Ángel Silvestre en un nuevo registro, así como Macarena Gómez, Manolo Solo o Pepón Nieto, todos brillan a gran altura. Un ejemplo más de que aquí, en España, aunque tardemos un poquito más, somos capaces de hacerlo tan bien, o mejor, que cualquiera. Con frecuencia, basta con querer hacerlo.

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