Un futuro esperanzador en El Arcángel

Si yendo contra el reloj en enero, el proyecto de León y Oliver ha obrado el milagro, cabe pensar que con más calma se puede hacer algo grande

Sólo han pasado unas horas desde la confirmación de la permanencia del Córdoba en Segunda División y ya toca mirar al futuro. Un horizonte que se presenta esperanzador y cuya premisa principal es evitar un sufrimiento tan extremo como el vivido la campaña recién terminada. Porque más allá del final feliz, de esa explosión de júbilo que invadió al cordobesismo en pleno tras la goleada al Sporting, hay un puñado de recuerdos terribles que, por fortuna, quedarán en simple anécdota o como motor de aprendizaje. Pasajes negros que empujaron a vivir una intensa fiesta como si el club hubiera levantado un título o sellado un ascenso. En otras circunstancias no hubiera sido así, pero tras quitarse el yugo que amenazaba con enterrarlo y protagonizar una remontada histórica, qué menos que olvidarlo todo y dar rienda suelta a la alegría en torno a un club que ya piensa en el curso 18-19.

Y aunque tiene muchas tareas pendientes, como terminar de cerrar las heridas provocadas por el pasado, las bases que Jesús León y Luis Oliver, cada uno en su parcela, han venido poniendo durante los últimos cinco meses invitan al optimismo. Porque si yendo contra el reloj en su desembarco, a finales de enero, consiguieron cambiar la cara a una institución y a un equipo a la deriva, obrando finalmente el milagro de la permanencia y despertando de nuevo la ilusión entre los aficionados, cabe pensar que con más calma, la que ahora se han ganado, pueden dar forma a algo grande, algo al menos a la altura de lo que se merecen la ciudad y la entidad. En los próximos días empezarán a conocerse detalles del nuevo proyecto, el primero desde el inicio de León y Oliver, desde la campaña de abonados que comprobará si el floreciente cordobesismo ha sido sólo por las entradas baratas o tiene poso, a los nombres de las primeras piezas de la plantilla, desde el entrenador, donde sería una sorpresa que no siguiera Sandoval, al resto de integrantes del vestuario.

Pero sea cual sea el camino que tome el Córdoba, está claro que se ha ganado el derecho a tener un respaldo mayoritario. Este máster acelerado en apenas cinco meses que han hecho el club y su entorno debe servir para saber qué camino hay que tomar, y hacerlo todos unidos, juntos. Porque desde la comunión plena, como la vivida en esta carrera por la permanencia que alcanzó un desenlace placentero, siempre será mucho más fácil obtener una recompensa mayor. ¿Objetivos? De momento, mejor no marcarlos. Aunque si algo parece claro es que con Jesús León y Luis Oliver al mando de las operaciones, no habrá lugar para las medianías. El futuro es esperanzador, si bien con que no sea negro, ya será suficiente...

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