No llegó en las mejores condiciones posibles, pero lo hizo, que es lo importante. La vuelta al cole ya es una realidad y desde el pasado jueves -aunque ya antes lo habían hecho las escuelas infantiles- los colegios recuperaron algunas rutinas, aunque nada que ver con lo que quedó atrás en el mes de marzo. Pese a las mascarillas, los geles, el lavado de manos y las severas instrucciones para que los menores no compartan materiales y otros elementos, se pudieron ver caras de ilusión, de ganas de ver a compañeros y maestros a los que ya se echaban de menos. Con otros gestos y formas, pero el cariño en la escuela parece que no se ha perdido. Y que dure.
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