EN los juzgados cordobeses, donde están acostumbrados a tratar con asuntos de todo tipo, seguro que se sorprenderían cuando les llegó el caso de la mujer que había destrozado los jarrones de la tumba del marido de una mujer con la que no se llevaba muy bien que digamos. Este asunto, por inusual, nos retrotrae a las gacetillas decimonónicas en las que se podían encontrar los sucesos más inverosímiles para la sociedad actual. En este caso, el juez encargado de fallar ha aplicado la ley como debe hacer, aunque con la satisfacción de dictar sentencia sobre un asunto que no se le volverá a presentar en su carrera profesional. Si estos hechos son incluidos por algún director de cine en la escena de cualquier película, el espectador tiene derecho a dudar de la veracidad de lo que está viendo. Pero no, es real, una mujer destrozó a patadas los jarrones de la tumba de marido de su enemiga. Increíble, pero cierto.