Prohibido dimitir

08 de octubre 2025 - 03:06

En otros tiempos, el solo hecho de que dos mil mujeres no hayan sido informadas de una posible alteración en su salud que debió ser conocida gracias a la aplicación del programa de detección precoz del cáncer de mama a través del cribado, hubiera supuesto la dimisión inmediata del responsable del ramo, en este caso la consejera de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía. Y no tanto por una cuestión de culpa o dolo en su actuar, que no hemos de presumir, sino por una mera razón de responsabilidad política. En un caso tan grave y sensible no caben las medias tintas, y el problema no se arregla con una disculpa.

Pero, más allá de lo obvio, habría que preguntarse cuáles son las razones para que, en casos como éste y otros que están en la mente de todos, ningún responsable público se vea concernido a presentar su dimisión o sea cesado por quien lo nombró, que además cuenta con plenas competencias para ello. En mi opinión, la principal está en la extrema polarización que sufre la política española, que conduce a los partidos políticos a adoptar posiciones a la defensiva, más preocupados por no perder el relato de los acontecimientos que en aplicar los más elementales principios de la ética y el sentido común. Si la consejera hubiera presentado su dimisión, o el presidente se la hubiera pedido (por no decir cesado), posiblemente el Partido Popular hubiera actuado con mayor honestidad política, pero a su vez hubiera aflorado una debilidad ante sus adversarios imposible de asumir ante un año de marcado carácter electoral.

Ahora bien, en unos tiempos donde en el bando contrario no están precisamente para dar lecciones, ¿es esta una buena estrategia para consolidar una alternativa global a la política al PSOE? Uno pensaría que, conociendo los múltiples frentes judiciales que acosan al Gobierno central por corrupción, y la manifiesta incapacidad de gestión que presentan sus miembros, la principal misión del partido opositor es ofrecer en el mercado electoral justo lo contrario, y qué mejor escenario que hacer de la necesidad virtud cuando las circunstancias vienen adversas. Esconder la cabeza bajo el ala puede servir para el corto plazo, pero a la larga abona el manido mantra del todos iguales. Y no se olvide que el votante joven viene demandando otras cosas, de ahí quizá los nervios que traen las últimas encuestas.

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