La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

El histerismo imbécil de la Filmoteca

La Filmoteca de Andalucía suspende la proyección de 'Solaris', del exiliado Tarkovski

El domingo Daniel Barenboim, nieto de bielorrusos y ucranianos emigrados a Argentina, ofreció en la Ópera Estatal de Berlín un concierto en solidaridad con Ucrania, cuya recaudación se destinó al Fondo Humanitario para Ucrania de las Naciones Unidas. Siendo esto importante, más lo era la proyección internacional del concierto como acto de solidaridad con Ucrania y condena de Putin, refrendada por las presencias del canciller alemán y la presidenta del Banco Central Europeo.

"Probablemente no soy el único que creía que la Segunda Guerra Mundial fue la última guerra en Europa", dijo Barenboim dirigiéndose al público para condenar la devastadora invasión rusa de Ucrania. Pero también advirtió del peligro de "caer en la trampa de poner ahora a todos los rusos bajo sospecha general". Especialmente la cultura, porque actuar contra ella le evocaba terribles recuerdos del pasado: "La cultura rusa no es lo mismo que la política rusa. Hay que condenar la política en voz alta y clara. Pero no debe permitirse una caza de brujas contra el pueblo y la cultura rusa. No creo que sea bueno que los artistas rusos sean automáticamente cancelados en Occidente. Se trata en su mayoría de personas que no tienen nada que ver con Putin y no tienen una buena opinión de él. Otra cosa son los artistas entusiastas de Putin que no están dispuestos a distanciarse en esta situación de guerra: entonces entiendo que no se los deje estar entre nosotros".

Imposible no estar de acuerdo con él. Una cosa es cancelar las actuaciones de artistas que apoyan a Putin y no condenan la invasión de Ucrania, casos de la cantante Anna Netrebko y el director Valeri Gergiev, y otra la ola de histerismo e imbecilidad que ha llevado a suspender en la Filmoteca de Andalucía la proyección de Solaris de Tarkovski, fallecido en 1986 tras haberse exiliado en 1983 harto de ser censurado en su país. ¿Qué puñetas tiene que ver Tarkovski con Putin? ¿Se va a censurar la cultura rusa en bloque? ¿Se prohibirán las obras de los artistas rusos muertos, desde Tchaikovski a Shostakovich, desde Pushkin a Grossman? ¿Se prohibirán las obras de la bielorrusa Svetlana Alexiévich porque Bielorrusia apoya a Putin, pese a que se viera forzada a exiliarse por su oposición a Lukashenko? Seriedad y sentido común, por favor. A ver si volvemos a la prohibición hitleriana del "arte degenerado" y a la estalinista del "arte formalista".

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