tacón alto

Victoria Fernández

Que te calles

EN estos últimos tiempos estamos escuchando demasiados "que te calles", "ahora no toca" o "mira para otro lado". Yo no soy de mandar callar a nadie, ni siquiera a personajes como el líder de Arenal 2000, propietario de Unión Cordobesa (UCOR), como se decía Desde la Ribera este domingo. Siempre he pensado que lo mejor para el sentido común y la democracia es que este señor hablara y que hablara mucho para que todo el mundo supiera lo que piensa y lo que de verdad le importa. Pero, claro, jamás pensé que ocurriera como en el chiste de la pecera, según el cual el tipo que la mira demasiado acaba haciendo de pez. Yo, que he estado en ese acuario, no daba crédito de lo que veía y ahora que estoy en mar abierto me aterra pensar en las manos en las que estamos.

Lo peor no es el patético espectáculo de los cuatro grupos políticos del pleno en el caso Colecor. Lo peor es que piensan que nos van a despistar con sus acrobacias verbales.

Estoy segura de que, de todos los miembros de ese pleno, no llegan a dos los que han leído el expediente completo. Si lo hubieran hecho, no sé qué ocurriría. Y los que lo han leído tienen la nariz tapada. No sé qué parte de la frase "votar sí a ciegas" me da más miedo. ¿Es esto lo que nos merecemos? ¿No se puede gobernar de otra manera?

En nuestra ciudad, ha habido dos asuntos donde tres partidos políticos han llegado a un consenso silencioso. Uno de ellos fue el que motivó que los tres últimos candidatos de PP, PSOE e IU a la Alcaldía terminaran expedientados por el Banco de España debido a una pésima gestión como consejeros de Cajasur en sus mejores tiempos. Los expedientes se saldaron con una considerable multa que pagaron las aseguradoras de la ya maltrecha caja. El otro asunto donde han encontrado el acuerdo es en el bochornoso caso Colecor. En ambos casos se prefiere pasar página con el menor ruido posible. ¿Pensarán mandarnos callar? ¿Es éste el camino para recuperar la confianza perdida en la clase política? ¿Para cuándo se va a dejar la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace?

Me voy a permitir hacer una recomendación para quien la quiera seguir: lean los papeles, no firmen sin leer, no aparquen el cerebro en la puerta de la disciplina ciega y piensen que la ciudad no nació el día que ustedes llegaron y que no morirá el día que se marchen. La historia deja huellas profundas. Y, puede ser que, dentro de un par de años, alguien les diga por la calle "mekles", que, en lenguaje romaní-caló, significa ¡calla! ¡Qué jodías son las coincidencias!

Para los que vivimos en esta ciudad con la intensidad que se vive cuando se adora el suelo que pisas esto no es sólo una ofensa a la inteligencia, es el certificado de defunción de la credibilidad, del rigor, de la igualdad, del interés general y espero que del silencio.

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