El fuste

De / Jesús Cabrera / Jcabrera@ Eldiadecordoba.com

Nebrera

LO ha puesto a huevo, la tía. No ha querido ser dueña de sus silencios y ha preferido ser esclava de sus palabras. Allá ella después de abrir una caja de los truenos en una tierra que aguanta lo que le echen menos que le metan el dedo en el ojo. Ella se lo ha buscado. Montserrat Nebrera deberá protestar a su compañía telefónica -que será catalana, seguro- por la mala calidad de la línea que le sirve cada vez que ella marca el 957. De la tormenta que está cayendo en estos días sobre la parlamentaria del PP no tiene la culpa Magdalena Álvarez, ni los cordobeses. Es ella y quienes torpemente la excusan los que están metiendo aún más los dedos en una llaga que podría estar cerrada si no hubiese abierto la boca. Lo malo de esto es que o Nebrera tiene la cara como el mármol o la vergüenza le impedirá venir a Córdoba para comprobar que no es así. Si ella no viene, no perdemos nada; si ella no quiere venir, pues se lo pierde. Adéu.

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