La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Asesinos de sus hijos

Matar a un hijo hace que se entre en otra dimensión del horror, la más espantosa

Otra vez el horror. A los pocos días de que una madre asesine a su hija de seis años para impedir que el padre asuma su guardia y custodia tras una larga batalla legal que la mujer sembró de denuncias falsas contra él, un hombre ha asesinado a su pareja y a su hija de seis años. Aunque es frecuente que, como en este caso, cuando el asesino es el padre también la madre sea su víctima, no comparto la diferenciación -sin validez jurídica- entre violencia vicaria y parricidio según los asesinos de los hijos sean sus padres o sus madres.

Matar a un hijo hace que se entre en otra dimensión del horror con independencia de que se trate del padre o la madre: el odio al otro es tan brutal que se impone al amor a los hijos y anula la natural voluntad de protegerlos. Es lo más monstruoso y horrendo que un ser humano pueda hacer. Y en esto hombres y mujeres van a la par: según los datos del Registro Central de Medidas de Protección Integral contra la Violencia Doméstica y de Género, desde 2007 hasta mayo de 2022 han asesinado a sus hijos 26 mujeres y 24 hombres. Por desgracia, en la mayoría de los casos no se trata de trastorno mental, aunque sea consolador aferrarse a esta excusa para no asumir como una realidad que el ser humano pueda llegar sin perder la razón a tal extremo de crueldad, de maldad, de odio y de venganza que anule su natural amor a sus hijos.

Que un padre o una madre asesinen a su hijo es el crimen más odioso y horrendo. Algo tan radicalmente ajeno tanto a lo natural como a lo humano en el sentido positivo de esta palabra que debe considerarse en una categoría aparte de toda otra forma de asesinato. La confianza de los hijos pequeños en sus padres es absoluta, su amor es incondicional. Por ello que sea su padre o su madre quien les asesine es el abismo más hondo al que el ser humano pueda descender.

¿Cómo es posible que un padre o una madre puedan asesinar a sus indefensos y confiados hijos pequeños? Es una pregunta a la que por desgracia debe contestarse que una parte de nuestra naturaleza es así y que este es el eslabón más odioso y horrendo de la larga cadena de horrores y crueldades que siembran la historia del ser humano desde el principio de los tiempos hasta hoy. Algo tan arraigado en nuestra naturaleza que no pueden erradicarlo todos los avances civilizadores, racionales, éticos o morales. Se equivocó Hobbes: el hombre es peor que un lobo para el hombre.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios