Análisis

la gloria de san agustín

La noria

Agosto se nos está echando en lo alto y todavía no tengo claro qué voy a hacer

Vaya, esta semana Córdoba ha salido en todos los periódicos y en todos los informativos por la muerte de ese banquero que tan famoso era. Primero fue famoso por una cosa y en los últimos años lo era por otros motivos, y no son muy buenos esos motivos. Algo parecido le sucede a nuestro Sandokán, que de ser el cordobés de los cordobeses, ahora ya se le mira de otra manera, y no sé si me estoy explicando. Lo encontraron muerto el pasado miércoles, por la mañana, en una finca en Villanueva del Rey, en dirección a Peñarroya, en el Norte de nuestra provincia. Yo la verdad es que no sabría explicarles muy bien el sitio, es que la verdad es que he salido poco de nuestra Córdoba bendita, aunque sí me han dicho amigos del barrio que eso está como a unos sesenta kilómetros, que en un rato te plantas allí, que por lo visto están muy mejoradas esas carreteras en comparación a antiguamente. La vida es que da más vueltas de las que imaginamos, como una noria, y nunca sabemos dónde vamos a estar y a cuál altura, aunque yo creo que eso no es lo más importante, digan lo que digan, porque esas cosas pasan antes de que nos demos cuenta, así, en un plis, como el que no quiere la cosa. Lo realmente importante es estar subido en la noria, y de igual la altura, ya sea a ras de suelo o rozando el cielo, que eso es lo mismo, aunque en el momento le demos tanta importancia. Y, de verdad, no es tan importante, ni mucho menos, aunque uno llegue a ser un Blesa en un momento de su vida, y no sé si me estoy explicando.

Agosto se nos está echando en lo alto y todavía no tengo claro qué voy a hacer, que lo de irme a la playa como el año pasado creo que no va a poder ser, que eso fue una casualidad y este verano nadie quiere arreglar su apartamento, que yo sepa. Que tampoco es un drama, que yo me he pasado toda mi vida en Córdoba, ya fuera verano o invierno, muerto de frío o empapado en sudor, y no me ha pasado nada. Todo lo contrario, que me lo he pasado casi siempre en grande, que tampoco hay que ser tan delicado a como nos estamos acostumbrando. Córdoba en agosto también tiene su encanto, que vas a donde te da la gana y puedes hacer cosas que no puedes hacer el resto del año, aunque yo no sé si esto es verdad o es lo que nos repetimos todos los veranos los que nos tenemos que quedar aquí porque estamos más tiesos que una vela, cualquiera sabe. En fin, que ya hay mucha gente haciendo las maletas y la verdad es que algo de envidia sí tengo, para qué nos vamos a engañar, que un paseíto sí me daba por Fuengirola, que eso en verdad es como no salir de mi Córdoba bendita.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios