Hay que ver la de palabrejas que estamos aprendiendo con esto del covid, que cada día se inventan una nueva para explicarnos lo que pasa o lo que van a hacer, y muchas veces podrían utilizar palabras que ya tenemos, pero parece que les gusta usar nuevas, como si fuera eso a elevar de categoría lo que están diciendo, y no sé si me estoy explicando, que ya saben ustedes que lo fácil es que me líe con las palabras.

El otro día cerraron Andalucía, ni se puede salir ni se puede entrar, que eso no quiere decir que hayan puesto una cancela en Despeñaperros, en Ayamonte, Almería o Cádiz, aunque casi, que en teoría no se pueden traspasar las fronteras, y si te pillan haciéndolo sin una justificación se te puede caer el pelo, además de costarte un curioso dinero, que no se vayan a creer que la multa es floja. Y además cerraron varias provincias, pero no cerraron Córdoba, que en teoría nosotros podemos ir a otras ciudades, mientras que no estén cerradas. Esto lo estábamos comentando el jueves en la plaza, y no se crean que lo tenemos tan fácil, que en realidad estamos tan cerrados como cualquiera. Porque en verdad, como dijo uno, los cordobeses podríamos ir a Málaga, a nuestra Fuengirola, por ejemplo, que tampoco está cerrada. Pero claro, si uno mira el mapa, la autovía pasa por una parte de Sevilla, que está cerrada, y si te desvías pasas por Granada, que también, o sea, que un lío. Que no estamos cerrados, pero como lo están los demás, es más o menos lo mismo. Y lo curioso de todo es que estuvimos un rato hablando sobre esto, para luego decir que ninguno teníamos pensado salir, o sea, hablar por hablar, como se suele decir.

Pues aunque encerrados, nosotros vamos a seguir celebrando este día como se merece, y ayer ya estuvimos mi hermana y yo preparando las gachas dulces, que es de la cosa más rica que tenemos en las comidas de Córdoba. Ni calabazas ni caramelos ni nada que se le parezca, donde se pongan unas buenas gachas, con su ajonjolí, sus tostones de pan frito y sus nueces o almendras, y que se quite todo lo demás, lo tengo más claro que el agua.

Ahora en un rato viene Soraya para acá, que la ha invitado mi hermana a comer, y a Cayetano también, que somos cinco en total y eso está permitido, que nosotros somos mucho de cumplir lo que nos dicen. En fin, que esperemos eso haga la mayoría de la gente, porque la cosa está complicada y mejor pararse un tiempo y hacer lo que nos dicen, que si no colaboramos todos el bicho es el que gana.

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