Vaya semanita de frío que llevamos, pero tela marinera, que me suenan los dientes como si fueran un cascabel, una cosa mala, pero tela. Que luego en verano te llega uno y te dice que prefiere cien veces el frío, porque se puede quitar con mantas, pues yo entonces le recordaré un día como los de esta semana, que nos estamos quedando pajaritos.

Es que cuando en Córdoba dice de hacer frío, es que hace mucho frío, y para muestra la semana que estamos teniendo, vaya cosa mala. Y eso ha sido de siempre. Yo de nene he visto la fuente de San Rafael congelada, y no es una de mis exageraciones, y me acuerdo tan bien porque ese mismo día me escalabraron, y la verdad es que con merecimiento porque dije lo que no tenía que decir, pero eso lo contaré otro día, cuando toque y si me acuerdo. Aunque mucha gente dice que no es bueno, yo solo estoy calentito en el brasero, con las enagüillas de toda la vida en lo alto, que es la única calefacción que me gusta, que las otras me dan un dolor de cabeza a lo bestia, lo que yo les diga, que ninguna otra me gusta. Por eso yo no entro en las tiendas grandes y en los centros comerciales, porque empiezo a sudar a los dos minutos como si me hubiera metido en una chimenea, una cosa. Tampoco entro, ya saben ustedes, porque estoy más seco que un bacalao en la puerta de un cortijo, eso tampoco lo voy a negar. Pero la verdad es que no me gustan, y yo creo que es por la calefacción que les ponen. Pues eso que me ahorro, en dinero y en sofoco, que salgo ganando doble como aquel que dice, que el que se queja es porque quiere.

Yo prefiero mil veces el verano, pero con los ojos cerrados y sin dudarlo, y lo digo así de claro, que siempre lo he dicho y siempre lo diré. Que luego me quejo cuando pasan tres días de calor, que sí, el primero, lo reconozco, pero lo prefiero a esto, y sobre todo después de esta noche que he pasado tiritando. Y eso que mi hermana me dice que ponga un radiador, pero es que demasiado gasto le hago para encima estar todo el día tirando de electricidad, que abusón nunca me han llamado porque nunca lo he sido. En fin, que espero que esta masa polar del diablo se vaya lo antes posible, que hasta está consiguiendo que me piense salir a la calle, con lo que a mí me gusta, que me gusta una hartá como todo el mundo sabe. Eso sí, menudas partidas de parchís estamos jugando todas las tardes, que vaya como es el Cayetano, que vaya mal perder que tiene, pero lo que nos reímos. Y es que para reírnos nos hace falta muy poco, nada, y así se llevan mejor las cosas.

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