Yo preferiría hablarles de otra cosa, para qué nos vamos a engañar, de cosas más agradables, de los cines de verano, del Festival de la Guitarra, de las noches en El Arenal, de las vacaciones de mis vecinos, de las salamanquesas y hasta de los bares que ya no abren por la tarde, yo qué sé, pero con la que está cayendo es que no me queda más remedio, porque vaya la que está cayendo, de las muy gordas.

Dicen que no tenemos memoria con la calor, y puede que sea verdad, que yo no me atrevo a contradecir a quien ha estudiado más que yo, que cualquiera ha estudiado más que yo, pero lo de esta semana no ha sido normal, y es que estamos teniendo un verano de los muy malos, tirando a horrible, que no sé yo hasta dónde somos capaces de aguantar. Y es que a mí nunca me han quemado las plantas de los pies como me han quemado esta semana, que parecía que estaba andando sobre tizones. Y la verdad es que estamos andando sobre tizones, que yo creo que dejas caer un huevo en una acera y se hace, pero en menos de dos minutos, lo que yo les diga. Vaya cosa mala y vaya noches más largas. Y es que llevo cuatro noches sin dormir como hay que dormir, y es que ni en la azotea he podido, que cuando se me seca el agua que me echo con la manguera otra vez no hay quien aguante, que me paso más tiempo mojado y despierto que seco y con los ojos cerrados, una lucha, pero de las duras. Y anda que no es duro el otro combatiente, que esta calor te tumba a la primera, pero de un puñetazo de los gordos.

Puñetazos los que se van a dar esos dos boxeadores o lo que sean que están todo el tiempo en los periódicos diciéndose de todo, que vaya pinta que tienen aunque estén hartos de dinero. Y es que el dinero no lo hace todo, y que se lo pregunten a Vitolo, el que se ha ido del Sevilla de muy malas maneras para acabar en el Atlético antes de darse una vuelta de unos meses por Las Palmas. Vaya cosas raras que se ven. El que también se está hartando de fichar, aunque no sabemos muy bien el qué, es nuestro Córdoba, que todos los días leo en mi Día que han venido dos o tres nuevos, que ya veremos a ver cómo salen, que esto parece ya un sembrado de melones. En fin, que espero no volverles a hablar de la calor, que sería la mejor noticia, aunque tampoco me fío yo, que tal y como está el termómetro cualquier cosa puede pasar. Por cierto, menos mal que han dicho que el Ayuntamiento va a bajar el precio del agua, que yo no sé la que llevo gastada en estas noches. Una barbaridad.

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