Análisis

Anabel Calero

Agosto

En época de sequía informativa podríamos inventarnos noticias, como ataques a los turistas

Agosto es el mes de la sequía informativa por excelencia, que se hace aún más dura conforme se va acercando el puente de mediados de mes. Despachos cerrados, comercios de vacaciones, políticos de descanso y poca o nula actividad. Pero la vida continúa y hay que seguir informando aunque a veces den ganas de inventarse la realidad. De seguir la cosa tan complicada podríamos contar, si eso de inventar fuera posible, que algunos grupos en Barcelona están atacando a los turistas, literalmente. Que están tirando piedras a los autobuses descapotables que pasean por el centro de la ciudad condal o que también en Mallorca han asaltado a un grupo de visitantes cuando estaban en el puerto. Si no hay más remedio, y sólo por completar páginas, un buen titular sería que el PP pide en Córdoba que nos aprovechemos de esa circunstancia y que vendamos al exterior que aquí en Córdoba no pasa nada de eso, para que vengan más turistas, que es de lo que se trata y lo que todo el mundo quiere, porque aquí, problema de turismofobia o turismo de masas, nada de nada. Para no desviarnos del tema, aunque podría resultar un poco pesado, se podría informar de una huelga en el aeropuerto de El Prat, con colas de espera para pasar el control de seguridad y, para añadirle más emoción al tema, los independentistas intentarían "convencer" a los pasajeros de que eso pasa porque no les dejan celebrar un referéndum y que una Cataluña fuera de España terminaría con esos problemas.

Podríamos contar, por qué no, que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha tenido que retrasar su cita con el Rey Felipe VI porque tenía lumbago. Ya puestos, seguro que daría muchos clicks una noticia, yo que sé, sobre un cónsul español (el de Washington, por ejemplo) que se ríe del acento andaluz y de la presidenta de la Junta de Andalucía. Ganaría más repercusión si lo destituyen del puesto. También se podría hacer un seguimiento con un repaso sobre la vida personal del cónsul, seguro que salen más escándalos.

Quizá aquí nos pasemos de imaginación, pero podríamos dar el caso de una mujer a la que le interponen una orden de detención porque se niega a entregar a su hijos al hombre que la maltrataba y que no tendría ninguna vía de escape salvo esconderse sino quiere cumplir con una injusta ley. Pero quizá esta noticia sería demasiado de mal gusto porque además, como el resto de noticias, esto nunca ocurriría.

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