Lorenzo ramos. director titular de la orquesta de córdoba

"La Orquesta no admite más recortes"

  • La formación afronta una temporada llena de actividades, con 12 conciertos de abono más tres extraordinarios y nuevas entregas de su ciclo social y su programa para escolares y familias

La Orquesta de Córdoba inicia esta tarde (20:30) en el Gran Teatro su temporada de abono con un concierto compuesto por piezas de Verdi (nacido hace hoy 200 años) y la Sinfonía en Do Mayor de Wagner. Lorenzo Ramos (Viena, 1968) afronta su segundo curso al frente de la formación.

-La Orquesta está en proceso de selección de gerente. ¿Cómo ha vivido la marcha de Jordi Tort?

-Para mí ha sido una sorpresa, como creo que para todo el mundo. Me alegro mucho por él porque indudablemente para su carrera es un paso importante. No tengo más que buenas palabras porque la gestión que ha hecho en el poco tiempo que ha estado ha sido encomiable. Ha ajustado los presupuestos y abierto nuevas vías de financiación. Cuando él llegó, en la agenda de la Orquesta prácticamente sólo había los conciertos de temporada, y se ha preocupado de llenarla de compromisos, hasta el punto de que hoy tenemos casi más trabajo del que podemos asumir, lo cual está muy bien en estos tiempos. Espero que el proceso de selección sea lo más rápido posible y que la persona que venga tenga el mismo perfil y el mismo talante.

-Verdi y Wagner para empezar. ¿Representan dos modelos irreconciliables de entender el arte operístico?

-Creo que no. Verdi asumió muchos de los avances del concepto del drama wagneriano en sus últimas óperas, sobre todo en la búsqueda de la continuidad. En ese sentido hay una evolución muy clara en la obra verdiana. Son enfoques distintos, cada uno en su lenguaje y su espíritu. Que coincidan los bicentenarios de ambos es un lujo porque nos permite rendirles homenaje al mismo tiempo.

-Se ha dicho que el objetivo principal de Verdi con su creación era consolar al hombre, y el de Wagner, transformarlo.

-Sí, es bastante acertado. Hay mucho de eso en Verdi, no sólo en sus óperas sino también en su Réquiem. Y sin duda Wagner transformó muchas cosas en el arte y la música.

-¿Usted es más de Verdi o de Wagner?

-De ambos. Soy muy germánico por mi formación pero la música italiana me parece maravillosa.

-¿Cómo ha preparado la Orquesta el concierto?

-Muy bien, con un gran trabajo del que ya llevábamos algo adelantado por el concierto que dimos en Chiclana el 31 de julio. Lo novedoso aquí son los coros, que son muy de repertorio, y siempre es un lujo contar con la colaboración del Coro de Ópera de Córdoba. Respecto a la segunda parte, con los limitados recursos de plantilla que tenemos programar algo de Wagner es complicado. Podíamos haber optado por el Idilio de Sigfrido, que es una obra muy tocada y conocida y del gusto del público pero no excesivamente larga, o los Wesendonck Lieder, que nos complicaban la cosa por los solistas y el encarecimiento económico. Así que hemos elegido la Sinfonía en Do, que escribió con 19 años y que yo se la he escuchado muchas veces a mi padre. Una obra que va a gustar a la gente, si bien no va a reconocer aquí al Wagner de las grandes óperas: es una sinfonía muy clásica que mira a Beethoven y a Haydn, con un regusto a veces a Mendelssohn yCarl Maria von Weber. Es la primera vez que la toca la Orquesta.

-Mendelssohn precisamente va a ser uno de los protagonistas de la temporada de abono, junto a Dvorak y Richard Strauss. ¿Qué va a encontrar el público a lo largo del curso?

-La novedad es que hay menos novedades. Hicimos una encuesta para valorar los gustos de nuestro público y de ahí salió un programa a la carta que forma parte de la temporada [el tercer concierto de abono, el 7 de noviembre, con Beethoven, Mendelssohn y Mozart]. He tratado de responder a esa demanda del público de que hubiera más repertorio, porque es lógico que a la gente que va a los conciertos le guste reconocer música, si bien yo soy más de conocer y probar cosas nuevas. En la pasada temporada una de nuestras aportaciones fue programar casi un 50% de música española. Metimos también mucha música del siglo XX, obras nuevas que por primera vez se ponían en los atriles de la Orquesta. Y algo de eso se conserva, pero hemos metido piezas más de repertorio: Dvorak, Mendelssohn, Strauss, que cerrará la temporada con un monográfico por el 150º aniversario de su nacimiento... Este concierto va a ser una bomba porque incluimos Don Juan y Muerte y transfiguración, con la colaboración de la Camerata Capricho Español reforzando las cuerdas. Sigue habiendo música española, hay muchas obras nuevas..., he procurado equilibrar la balanza entre los gustos del público, que en definitiva es el que paga, y nuestra intención de darle a conocer cosas que le puedan gustar.

-El año pasado hubo novedades muy sugerentes como el Concierto de Carnaval, que se vuelve a hacer.

-Sí, este año tenemos tres extraordinarios, ya que la Gala Lírica de Año Nuevo ha salido del abono. Los otros dos son el Concierto de Carnaval, con el estreno de Caribiana de Lorenzo Palomo y dos obras de Gershwin, y una fiesta española en la que sonarán el Capricho español de Rimsky-Korsakov y las Danzas fantásticas de Turina, también con la colaboración de la camerata, y sobre todo el estreno en España de la visita de Uri Caine a la Iberia de Albéniz. Para mí Uri Caine es un genio de genios. Tengo toda su discografía y me sorprendía que no tuviera nada de música española, así que le hicimos este encargo. Es un proyecto muy interesante.

-¿El público de Córdoba, y en general el público medio de música clásica, tiende a ser conservador?

-Sí, y viene dado por la media de edad. Suele ser un público maduro. Esto ha pasado siempre. Las personas que no se aficionan desde pequeñas sino más adelante suelen dejarse recomendar por las enciclopedias y lo que oyen por la radio, si bien hoy en día en Radio Clásica suena una cantidad de música ingente. Requiere más trabajo escuchar una obra nueva por primera vez.

-¿Qué otras propuestas habrá a lo largo de la temporada?

-Tenemos el proyecto social, citas habituales como el concierto de apertura del curso universitario, espero que haya una segunda edición de la música en los patios y que podamos tocar en la Corredera, ya que este año no pudo ser por el mal tiempo... Una iniciativa muy interesante de Jordi han sido los conciertos en el Alcázar y espero que hagamos más. Y vamos a seguir llevando a la Orquesta a la provincia gracias al convenio con la Diputación. Cuando acabe el año habremos hecho unos diez viajes, cuando en los últimos 20 años se han hecho 40 en la provincia, dos por año. Y está el proyecto educativo, en el que la novedad es el concierto familiar. Este domingo es el primero con El sueño de una noche de verano de Mendelssohn.

-¿Hay proyectos de grabaciones?

-Acaba de salir un disco de maestros cordobeses del XVIII, un trabajo junto al Coro Ziryab que ha quedado muy bien, y tenemos un proyecto para grabar con Naxos un disco con obras de Lorenzo Palomo, Caribiana, Fulgores y alguna otra pieza. Es un proyecto importante porque Naxos es un sello que tiene distribución mundial.

-¿Qué balance hace del tiempo que lleva en Córdoba?

-Muy positivo. Nunca había sido director titular de una orquesta profesional y sobre mis espaldas ha recaído una cantidad de trabajo que no había tenido en mi vida. El año pasado, de los 80 conciertos que hicimos dirigí 50. Estoy contento del rendimiento artístico de la Orquesta en una situación de presión, trabajando más por menos, ya que ha habido una reducción voluntaria de las nóminas de un 5%. Quiero agradecer a los profesores de la Orquesta el esfuerzo que están haciendo. Entre todos creo que estamos desarrollando un gran trabajo y espero que la actitud del público sea la de apoyar a su orquesta porque es una joya de la cultura cordobesa.

-Estarán muy pendientes de los presupuestos para el próximo año...

-Obviamente. Llevamos varios años en un proceso de recorte y es un tema que nos preocupa porque en la situación actual la Orquesta ya no admite más recortes. Así que necesitamos apoyo popular.

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