Cultura

La Historia de Córdoba que atesora su agua

  • La profesora de la UCO María de los Ángeles Jordano hace un repaso histórico de la ciudad a través de sus fuentes

Un momento del acto organizado por Emasca

Un momento del acto organizado por Emasca / Laura Martín

Muchas veces son las que a lo largo del año pasamos junto a algunas de ellas sin reparar en la Historia que atesoran y que cuentan. Son las fuentes, ese patrimonio artístico que puebla Córdoba y que también atesora parte de la Historia de la ciudad, tal y como ha quedado patente en la conferencia pronunciado por María de los Ángeles Jordano, doctora del Departamento de Historia del Arte, Arqueología y Música de la Universidad de Córdoba (UCO), dentro de los actos del 50 aniversario de Emacsa.

Jordano comenzó su conferencia, titulada Las fuentes de Córdoba. Una visión estética, remontándose a la Córdoba romana. Habló de las fuentes que se encuentran de esa época en el Museo Arqueológico “como la de una ninfa con un venero de la que surge el agua, que es muy significativa”. Para continuar repasando también las de la época islámica, algunas de las cuales se encuentran en casas particulares, a intramuros. Luego se acercó a las construidas ya en la época cristiana, “como la del convento de Santa Marta o la de Capuchinos”. También hay muchas fuentes de esta época en casas.

El viaje continuó con la obligada parada en la Mezquita-Catedral, haciendo un repaso a las fuentes del Patio de los Naranjos, ese más que emblemático recinto cerrado de 130 metros de largo por 50 de ancho que está dividido en tres partes, cada una de ellas con un surtidor en el centro. y en cuyo interior se ubican la Fuente de Santa María o del Caño del Olivo y la Fuente del Cinamomo. Y que en sus muros de cierre, pero por el exterior, se encuentran las fuentes del Caño Gordo y la de Santa Catalina, además del Arca del Agua.

Jordano siguió escrutando la Historia de Córdoba a través de las fuentes que datan de la segunda mitad del siglo XVI, “de esos años que coincidieron con los de la llegada de Felipe II a la ciudad, tiempos en los que se construyó, por ejemplo, la fuente de la Plaza del Potro y la de la Puerta del Puente; todo ese rico patrimonio viene heredado de los tiempos de los Hernán Ruiz”, detalló.

La siguiente escala histórica fue la de la Córdoba barroca, “época en la que se construyeron las fuentes de San Francisco, la de la calle de la Feria o la de la Piedra Escrita, muy vinculada esta última a un barrio tan señero como es el de Santa Marina, muy bella y que es un tipo de fuente retablo muy vistosa que tiene incluso labrado el escudo de la ciudad”, puntualiza.

Desde allí, el viaje continuó hasta los jardines de la Victoria, tienen su origen en 1776. “Era el siglo XVI y ya ese proyecto se concibió como una zona verde en la ciudad donde no se podía construir; lo que se proyectó para el lugar en lo que a fuentes se refiere fue luego sustituido por algo más moderno”, destacó. Y siguió hasta la señera fuente de los jardines de Colón, cuyos cimientos se iniciaron en 1835. No obstante, la fuente no se construyó hasta casi un siglo después, entre 1920 y 1925 y de acuerdo a un proyecto del arquitecto Carlos Sáenz de Santamaría que ejecutó en hormigón el escultor Rafael del Rosal.

Jordano repasó posteriormente el significado de las albercas de la Puerta de Almodóvar, “con las que el alcalde de entonces intentaba poner a Córdoba como destino turístico, con ese tipo de canalización del agua con la construcción de la Muralla”; sin olvidar la Puerta de Sevilla. El viaje concluyó en el Vial Norte, zona de la ciudad en la que se pueden apreciar los usos más modernos del agua en Córdoba, a través de fuentes de distintos tipos, como las de forma de cortina o aquellas otras en los que los chorros de agua brotan desde el suelo, como ocurre también en Las Tendillas”.

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