Entre la espada de la presión mediática y la pared de sus obligaciones como hija del Rey y heredera a los derechos de sucesión por detrás de sus hermanos y sobrinos. La duquesa de Palma, la infanta Cristina, vive sus momentos más duros ante los escándalos financieros que sepultan la imagen de su marido, Iñaki Urdangarín, y por tanto de su matrimonio y familia. La revista Lecturas asevera esta semana que la hija menor de don Juan Carlos estaría barajando renunciar a su posición "por amor" hacia su esposo, a través de presiones recibidas de su entorno. La Casa del Rey se apresuraba ayer a desmentir tal extremo y en un comunicado expresaba que "nunca ha intentado convencer a doña Cristina de que deje de ser infanta de España ni de que se divorcie", a través de las palabras de un portavoz de esta institución. 

La Casa del Rey rechaza de plano la información de Lecturas en lo que se refiere a su disposición directa hacia doña Cristina. Ni convencimiento, ni presión para que se rompa el matrimonio de los duques de Palma. La revista expone que hay repetidos enfrentamientos en el seno de la familia del Rey originados por los escándalos de Urdangarín y los negocios afrontados años atrás a través de sus empresas de organización de eventos. 

La infanta Cristina e Iñaki Urdangarín aparecieron en público por última vez el pasado domingo 25 de noviembre, cuando acudieron al hospital madrileño Quirón San José con su hijo mayor, Juan Valentín, para visitar al Rey, que se recuperaba de la intervención quirúrgica en la cadera izquierda. El matrimonio acudió al hospital junto a la Reina y la infanta Elena (foto), lo que venía también a desmentir fisuras en la relación de los Reyes con sus hijas.

Pese a aquellas imágenes, con la Familia Real unida aunque con la ausencia de los príncipes de Asturias al lado de la infantas,   Lecturas ha destapado un nuevo caldo de rumores con esa pretensión desmentida sobre la infanta Cristina, con cuyo divorcio podría desmarcarse del nebuloso destino de su marido.  La revista insiste en que esta actitud leal de la duquesa es  por "amor" y fidelidad a su esposo, ahora que se halla en un difícil momento.   Lecturas argumenta que los problemas estarían afectando al matrimonio y a su relación con el resto dela familia y que la infanta estaría en condiciones de dar el paso para "perder sus privilegios como infanta". La Casa del Rey, al menos, ha venido a desmentir cualquier intento de "presión" sobre Doña Cristina, negando haber dado el consejo de que la pareja se divorcie para que la hija del Rey se desvincule de todo lo que sucede en torno a Iñaki Urdangarín. La publicación comenta que la pareja desde que regresó de Washington se ha visto involucrada en una gran presión mediática y entre otras decisiones querrían dejar a sus hijos en un internado, lejos de España... y de los escándalos.