Faltan horas

La Feria de Córdoba 2022, a punto: más inclusiva, menos casetas, 'bonocopas' y lucha contra el botellón

  • El alcalde destaca el "notable esfuerzo" realizado para superar los problemas en la cadena de suministro y el incremento de los precios

José María Bellido junto a parte de su equipo de gobierno antes de que comience la Feria.

José María Bellido junto a parte de su equipo de gobierno antes de que comience la Feria. / El Día

Parece mentira, pero no lo es, la Feria de Córdoba 2022 está a punto de empezar. "Parece mentira después de dos años", ha comenzado el alcalde, José María Bellido, en la comparecencia de presentación de la que será su primera Feria como alcalde, idem para su equipo de gobierno.

Han sido tres años, no dos, desde 2019, aunque sí dos ediciones en blanco: "Demasiado tiempo sin pisar el recinto con las casetas montadas, sin los farolillos encendidos". Por eso, Bellido ha invitado a todos los cordobeses, desde este viernes a medianoche, a reencontrarse en este "escenario de diversión", a disfrutar del "colofón del mayo festivo", pero llamando a la responsabilidad, "que tanto hemos demostrado que sabemos aplicar en nuestras fiestas".

Hacerla posible ha sido "una prueba de estrés muy importante" para la gestión municipal de un equipo de gobierno en el que han intervenido hasta siete áreas (infraestructuras, transporte, turismo, promoción, urbanismo, inclusión y accesibilidad) y Sadeco. Los problemas en la cadena de suministros y el incremento de materiales han supuesto un "notable esfuerzo", ha destacado Bellido, para el montaje de las casetas. 

Aun así, del proyecto de mejora presentado en 2020 que contemplaba una reforma integral del recinto ferial, solo se ha ejecutado la primera fase -en un principio prevista para 2021 y pospuesta por la pandemia- que incluye la pavimentación y separación de la calle del Potro con la calle del infierno. La segunda fase, que debería empezar tras la feria, consistirá en la ejecución de una red de recogida de aguas pluviales para que no se concentre el agua de lluvia en la zona de atracciones.

Otra gran diferencia respecto a la última edición es el número de casetas. Finalmente, la Feria contará este año con 87 casetas, 12 menos que en 2019, con ausencias como la CNT, la Federación de Asociaciones Vecinales Al-Zahara, Alminar del Colegio Las Esclavas, el Círculo Cultural Juan XXIII y la Hermandad del Rescatado, que renunciaron a la instalación; y Dapines, Fosforito y La Regaora, que posteriormente la cancelaron.

Sin embargo, el alcalde fija la mirada en las ya celebradas Feria de Abril de Sevilla o la Feria del Caballo de Jerez, y ha deseado que la de Nuestra Señora de la Salud "sea un éxito" y "que miles de cordobeses podamos disfrutar y mostrarla con orgullo a todo a España y a todo el mundo".

Una feria sostenible e inclusiva

Entre el plan de medidas que ha anunciado la presidenta de Sadeco, Isabel Albás, se intensificará la limpieza en las zonas aledañas a El Arenal. Entre ellas, Balcón Guadalquivir, Arenal 200, la Rivera, el Eroski, Miraflores, Fray Albino, avenida de Cádiz y la zona del Campo de la Verdad. 

Además, el Ayuntamiento tendrá distribuidos 330 contenedores de mil litros (sin tener en cuenta los de vidrio); 170 papeleras de cuatro aros y 800 de un aro entre el recinto ferial y alrededores. Trabajarán 37 operarios entre el recinto ferial y sus alrededores: 12 para la recogida de basura y 25 en las zonas viarias y también habrá una cisterna de riego en los turnos de mañana y de tarde.

A ello hay que sumarle los 5.054 platos sostenibles que se repartirán entre las diferentes casetas de la Feria de Nuestra Señora de la Salud con el objetivo principal de "convertirse en la primera feria sostenible y respetuosa" con el medio ambiente de Córdoba, ya que de esa forma "se reducirá de forma considerable el impacto por generación de residuos", como también avanzó Sadeco.

Un hombre termina de pinar la fachada de una caseta. Un hombre termina de pinar la fachada de una caseta.

Un hombre termina de pinar la fachada de una caseta. / Miguel Ángel Salas

Por su parte, la delegación de Inclusión y Accesibilidad ha diseñado novedades para esta edición entre las que se encuentra una "experiencia piloto" que nunca antes se había visto en una feria de carácter público, para que los menores de 18 años con discapacidad tengan acceso preferente en algunas colas de las atracciones.

Los 'bonocopas' y el botellón

Con todo listo, estará por ver el aforo -que se prevé masivo- y su incidencia en el discurrir de la Feria. Para ello, las casetas también toman sus medidas de cara al primer viernes. Por ejemplo, en la caseta El Picoteo donde, durante las semanas previas y "para evitar aglomeraciones y las colas del primer día", han decidido vender bonos anticipados con precios más baratos (ya agotados). La aceptación ha sido espectacular,  señala el gerente de la caseta, Alejandro Montoro, quien se afana en especificar que los bonos no dan preferencia de entrada a los que no los tengan, sino que el acceso es "totalmente público y gratuito".

Antes de cruzar la portada, volverá a estar el Balcón del Guadalquivir como zona habilitada para hacer botellón ante la disonancia del presidente de la Asociación de Casetas Populares de Córdoba, Alfonso Rosero, quien ya ha declarado que "hay otros espacios abiertos en la ciudad" y aunque "no estamos en contra..., la fachada de la feria no es el lugar para ubicarlo". 

Por si parte, el Ayuntamiento ya anunció de que "para preservar las zonas verdes y el río Guadalquivir, así como para evitar que haya accidentes", vallará toda la zona y, además, controlará el acceso de menores a la zona pidiendo el DNI.

Mismos problemas, mismas soluciones, aunque parezca mentira.

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