Ángel Martín | Humorista y presentador

"Es imprescindible ser coherente con uno mismo"

Ángel Martín.

Ángel Martín. / Juan Carlos Muñoz

El humorista y presentador Ángel Martín (Barcelona, 1977) sufrió un brote psicótico en 2017 y hace un año decidió contar su experiencia en el libro, Por si las voces vuelven. Ahora vuelve con Detrás del ruido (Planeta, 2023), una continuación de este primer relato en el que cuenta cómo ha conseguido mantener la cordura tras rehacerse del episodio que marcó su vida.

"Me di cuenta que el verdadero reto era no volver a caer. Mi libro es mi experiencia, y si te sirve... Si coges mi cerebro y te lo pones, estarás como yo de ordenado", afirma el autor, que cada mañana ofrece en sus redes un informativo para sus seguidores "no pierdan el tiempo".

–¿Está usted cuerdo?

–Sí, creo que sí, bastante mejor de lo que estaba, probablemente.

–¿A quién ve cuando se lava la cara y se asoma al espejo?

–A mí, perfectamente. Veo a un tipo muy coherente consigo mismo. De ahí estar cuerdo.

–¿Qué recuerdo tiene de su etapa de éxito en la televisión?

–¿De la etapa de Sé lo que hicisteis? Nos divertíamos mucho. Nos juntamos un grupo de amigos a hacer lo que nos apetecía, como nos apetecía y bajo las reglas que nos apetecían. Fue muy divertido.

–Era un poco cabroncete, si se me permite.

–Bueno, era la comedia que se hacía en aquel momento. Teníamos que ir a por los programas de corazón y eso hicimos.

–En Detrás del ruido nos relata lo difícil que es mantenerse tras salir de un brote psicótico.

–Me refiero a que la cosa no termina cuando te recuperas, sino que lo que toca hacer a partir de ahí es mantenerse. Me di cuenta de que después de Por si las voces vuelven la gente me preguntaba: "¿Oye cómo lo haces para que no se repita lo que te pasó, para mantenerte bien y que la cabeza funcione?". Y entonces pensé en hacer lo mismo que con el libro anterior: una visita guiada por el interior de mi cabeza para que veas cómo funciona desde que pasó lo que pasó y si te sirve, ahí lo tienes.

–"Deja de hacer las cosas que te apetece hacer". Es un consejo difícil de conseguir.

–Que no sea fácil no significa que sea imposible. Es imprescindible tratar de ser coherente con uno mismo, descubrir cuáles son las cosas que estás haciendo sólo por inercia y que ya no tienen nada que ver contigo y poner orden ahí.

–Pero muchas veces la vida te lleva por caminos que no quieres.

–Tienes la opción de frenar y reconducir eso, afortunadamente.

–¿Qué sensación tuvo cuando salió de la clínica?

–Sales con la sensación de que todo se ha acabado. Lo mencioné en Por si las voces vuelven. Cuando sales del hospital la gente cree que ya estás bien y realmente es cuando peor estás, porque sales a un mundo que no entiendes, no conoces, estás roto, no tienes ningún tipo de emoción por dentro, todo está oscuro y crees que todo se reduce a que me quedo en este rincón, cierro los ojos y hasta que se apaguen las luces.

–¿Le molestaba hasta que le preguntaran que cómo estaba?

–No es que te moleste, es que estás tratando de saber cómo estás y no lo sabes. La gente tiene una insistencia en saber y que le explique dudas que tú todavía no tienes resueltas.

"No veo utilidad a la tristeza, por eso la evito. No sé por qué tengo que mantenerme en ella"

–¿Huye de la tristeza?

–La evito. Si es evitable... No le veo la utilidad. No sé por qué me tengo que mantener en ella. Otra cosa es que una cosa puntual te genere tristeza. Ahí, lo asumes y ya está.

–Tenía entendido que había vivir la tristeza cuando viene. Es normal, no pasa nada.

–Es necesario descubrir de dónde viene ese momento de tristeza. Y sí que pasa. Pasa mucho. Si te viene un momento de tristeza por las buenas, te sucede mucho. Quiere decir que tu cerebro de repente está triste. Lo que no puedes es fingir que no está sucediendo o no descubrir por qué está sucediendo.

–No me fío de las personas eternamente felices.

–Si es cierto, sí me fío. Si es verdad, sí. Hay gente que ha logrado vivir la vida que quiere vivir, entonces entiendo que la mayoría del tiempo está más feliz que infeliz.

–¿Qué opina de una sociedad que rinde culto a la felicidad?

–Me parece que tratar de conseguir la felicidad es lo más inteligente que se puede hacer. Me preocuparía más una sociedad que rindiera culto a la infelicidad. Me parecería bastante peor. Puestos a escoger, prefiero esta opción, claro.

–Tiene todo tipo de redes sociales. ¿Le gusta ese mundo?

–Sí, si no, no estaría en ellas. Las utilizo como trabajo y escaparate.

–Ahí sí hay mucho ruido.

–Si aprendes a gestionarlas y entiendes el funcionamiento de las redes sociales, consigues apagar todo ese ruido. Tienes que ser consecuente con las cosas y coherente con el uso de las redes. Mucha gente las tiene y no sabe para quién y por qué.

–Si se trata de vivir más tranquilo, ¿por qué hace un informativo exprés? Tómese un minuto más, no pasa nada.

–Sería genial, pero sí pasa. La intención del informativo es precisamente ahorrar tiempo. Si yo me estiro, ya no te estoy ahorrando tiempo. Necesito esa velocidad para que tú ahorres tiempo.

–Da sensación de vértigo.

–Sí, sí, vamos al grano y a otra cosa. Si me quedo más rato, tendré menos tiempo para mí.

–¿La culpa es mala para la salud?

–Es terrible para la salud. Es lo menos inteligente para la salud, lo peor probablemente.

Ángel Martín, durante la entrevista. Ángel Martín, durante la entrevista.

Ángel Martín, durante la entrevista. / Juan Carlos Muñoz

–¿Y se ha sentido culpable?

–Muchas veces, durante mucho tiempo.

–¿Teme que la preocupación por la salud mental sea una moda pasajera?

–Depende. Si el hecho de que sea una moda pasajera hace que por lo menos durante un tiempo se hable y consigue que haya gente que le pierda el miedo a hablar, no me parece mal una moda pasajera que permita que haya menos miedo a hablar de eso.

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