Cruz Conde, 12

Pierde la democracia

  • En el Ayuntamiento, como en todos los trabajos, hay a quien le entusiasma el servicio público y quien aparece lo justo. Ganemos son de los entusiastas y es injusto que se queden fuera de la carrera electoral

Miembros de Ganemos en común, en el acto protesta del inicio de campaña.

Miembros de Ganemos en común, en el acto protesta del inicio de campaña. / El Día

La vida municipal es, si se quieren hacer las cosas bien, muy entregada y en la mayoría de las ocasiones desagradecida. Sobre todo si se está en la oposición. El día al día en el Ayuntamiento requiere de una dedicación que implica conocer la realidad de la ciudad, las demandas de sus residentes y colectivos, implicarse en la gestión de las empresas públicas, llevar mociones a los Plenos con el reto de conseguir cambiar en algo las cosas, llegar a acuerdos para impulsar proyectos, conocer a los empleados públicos y empatizar con sus demandas, leer informes de cientos de páginas y habituarse al lenguaje jurídico, también al matemático cuando se trata de descifrar presupuestos...

La lista de tareas es muy larga si, insisto, se quieren hacer las cosas bien. En el Ayuntamiento, como en todos los trabajos, hay quien le entusiasma el servicio público y hay quien no aparece por el despacho o aparece lo justo. Hay quien no se lee los papeles y hay quien lleva un resumen y pregunta lo que no entiende.

Los que nos pasamos mucho tiempo entre las cuatro paredes de Capitulares distinguimos perfectamente entre estos dos grupos. Y los concejales de Ganemos están en el bando de los que, con sus aciertos y errores, han estado implicados en la vida municipal y han trabajado mucho durante los últimos cuatro años.

A veces con más buenismo que otra cosa, a veces errados en sus planteamientos, pero nadie –y en eso creo que hay consenso– puede decir que no hayan trabajado. Por eso que se hayan quedado fuera de las elecciones municipales es una injusticia, por mucho que haya sido un tribunal encargado de impartir justicia el responsable de este sinsentido.

Los cuatro concejales de Ganemos llegaron al Ayuntamiento sin conocer muchos de los entresijos de la vida municipal, que en el caso de Córdoba son muchos porque es una casa bastante especial. Recuerdo las primeras asambleas de la entonces agrupación de electores en las que se debatía sobre presupuestos y tenían que explicar lo que era ese documento, cómo se aprobaba y la capacidad de influencia.

Entonces pensaba que al Ayuntamiento hay que llegar ya sabido de casa –lo sigo pensando– pero hay que reconocer que ante la posibilidad de pasarse cuatro años viviendo del cuento lo que eligieron estos concejales fue ponerse manos a la obra para engancharse a este circuito y aportar lo máximo posible. Quizá ese buenismo que marcó el inicio de Ganemos ha sido en parte el responsable de que ahora no puedan concurrir a las elecciones, sin quitar un ápice de responsabilidad, lógicamente, al engaño de alguien que utiliza la democracia para ganar dinero. Una estafa en la que quizá, los candidatos fantasmas de integran la lista de la falsa Ganemos Córdoba sean los menos responsables.

Con sus aciertos y errores hay consenso en que los ediles de Ganemos han trabajado

La noticia de que Ganemos en Común Córdoba no concurrirá a las urnas nos ha entristecido a todos los que creemos en la política y en la democracia, se esté o no de acuerdo con sus planteamientos, los vayamos a votar a o no. Qué injusto, la verdad, dejar fuera a un grupo de personas que tiene interés en trabajar por su ciudad, sin los entresijos y maniobras que se ven en los partidos tradicionales, con sus defectos, claro, pero con muchas ganas.

El sentido común no siempre se impone en una justicia cuadriculada que solo aplica la ley de manera estricta. Pero es todavía más doloroso cuando Córdoba es la única ciudad donde ha pasado esto y cuando la junta electoral dio en su momento la razón a Ganemos en Común.

El sentido común no siempre se impone en una justicia cuadriculada que aplica la ley

Pero lo único que queda ahora es trabajar para que el engaño no se imponga y terminemos viendo en el Ayuntamiento a personas que están ahí por dinero, que no tienen propuestas para la ciudad, que ni siquiera van a hacer campaña electoral y no tienen ni un programa. Quien pierde aquí es la democracia.

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