Córdoba | hércules · MARCAJE AL HOMBRE

Con el lastre de un curso en blanco

  • Javi Flores, perjudicado por las lesiones el campeonato pasado, ya suma un encuentro completo en la Liga Adelante · En el segundo periodo acusó su falta de ritmo y el escaso acierto de sus compañeros

Un tanteo de 0-3 no es un debut soñado para ningún jugador en una categoría casi desconocida para él. Javi Flores experimentó en la tarde de ayer ese amargo sabor en primera persona.

El de Fátima disputó sus primeros minutos como titular en la Liga Adelante en un partido que no pasará a la historia por el grato recuerdo dejado. Flores, castigado por las lesiones la pasada campaña, ya sabía lo que era jugar en Segunda con el Córdoba -el curso anterior disfrutó de un total de 17 minutos repartidos en dos encuentros-, pero ayer fueron sus primeros 90 minutos completos como cordobesista en la categoría de plata.

El centrocampista dejó entrever una cierta ansiedad por agradar y entrar en juego, lo que, en ocasiones, se tradujo en precipitaciones y pases poco ortodoxos. Pese a ello, en determinadas fases del choque ante el Hércules recordó con su sutil maestría a ese mediocentro que deslumbró hace dos temporadas.

Tras saltar al terreno de juego con sus compañeros se colocó en la última posición de la formación para realizar el protocolario saludo al equipo rival, así como al cuarteto arbitral. Al igual que el resto de El Arcángel guardó el respetuoso minuto de silencio, escoltado por Pierini y Asen. El punto de conexión entre la zaga y la vanguardia tiene nombre propio.

Con el balón ya en juego, los aficionados tuvieron que aguardar dos minutos para verle en acción. El canterano tocó la primera bola tras un pase de Arteaga. A partir de ahí intentó cortar el avance de los contrarios, ayudado por Carpintero, en ocasiones sin demasiado éxito, al tiempo que procuró comenzar a trenzar las jugadas. Se le veía implicado, e incluso llegó a reprocharle al juez de línea su decisión de señalar un saque del banda a favor de los alicantinos cuando pugnaba con Tote.

De repente, en el minuto 23, El Arcángel enmudeció. Los fantasmas del pasado volvieron a sobrevolar el recinto. Javi Flores se arrojó al suelo con ostensibles gestos de dolor. El de Fátima, en su intento de arrebatar el esférico a Tuni, se lastimó la rodilla izquierda. Finalmente, todo quedó en un susto y el pivote pudo reincorporarse al juego.

El incidente y el primer tanto visitante no fueron suficientes para achicarle. En el 31' dejó una pincelada de la calidad que atesora, cediendo en profundidad para Guzmán, pero el pase de éste fue enviado demasiado alto por Gastón Casas. Eran instantes en los que el mediocentro cumplía con disciplina su labor de surtir de balones a los delanteros.

Pero su labor se fue diluyendo como un azucarillo en el café en el tramo final del primer acto, que supuso un auténtico asedio herculano. El doble pivote no funcionaba, lo que se tradujo en el segundo tanto visitante.

Tras el intermedio, José González intentó erradicar el problema sustituyendo a Carpintero por Ito. Los primeros minutos de la segunda mitad parecieron darle la razón al técnico... Nada más lejos de la realidad.

Aun así, Flores continuó con la labor encomendada de asistir tanto a Gastón como a Asen en el interior del área, aunque no fue el día de los de arriba.

El Córdoba se veía anulado por el adversario, pero el centrocampista se negaba a resignarse, bajando una y otra vez a recibir por parte de los centrales, intentando sacar el balón con juicio. A pesar de ello terminó por contagiarse de la apatía del resto, ante la imposibilidad de expugnar el muro rival.

En los últimos minutos se le vio un tanto cansado y falto de competición, divagando sobre el césped. Es el precio que tuvo que pagar tras un año en el dique seco.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios