Cualquier aficionado al fútbol base cordobés se ha hecho en alguna ocasión preguntas como éstas. ¿Por qué se pierden jugadores que en edad infantil o cadete despuntan enormemente? ¿Es conveniente o no que salgan fuera de Córdoba con destino a equipos punteros jugadores en edad temprana? ¿Por qué el Córdoba CF no es el destino natural de los mejores? La controversia está servida y permanece ardiente porque hay posturas encontradas.

Uno de los presidentes más veteranos de los equipos cordobeses, Rafael Jaén, del Deportivo Córdoba, ve en “la gran oferta de deporte que existe en otras modalidades” una de las razones por las que los chavales se van despegando del fútbol, porque “eligen aquél en el que más cómodos se encuentran”. Por otro lado, apunta Jaén, “los padres se vuelven muchas veces locos con las posibilidades de sus hijos y acaban volviéndolos a ellos. También existe miedo a la violencia”.

Manolín Cuesta, presidente del Séneca y uno de los jugadores más emblemáticos del Córdoba, es tajante y contundente: “Al jugador bueno le interesa salir cuanto antes de aquí porque en Córdoba no hay futuro. El primer equipo no arriesga con la gente joven, como se viene demostrando en los últimos años”, indica.

Otro de los presidentes veteranos, Francisco Obrero, del Don Bosco, piensa que para que los jugadores salgan de Córdoba en edad temprana “deben estar muy preparados psicológicamente, por todo lo que conlleva el alejarse de su familia, amigos y costumbres. Creo que la edad mínima para salir debe ser la de segundo año de cadete”. Para Obrero, “los jugadores deben quedarse en sus clubes de origen para poder disfrutar de minutos, como mínimo hasta edad juvenil, sea el Córdoba o no el que requiera sus servicios”.

Los cambios en el mercado han traído nuevas expectativas. La realidad es que apenas hay jugadores de la cantera en el primer equipo del Córdoba.