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Aquel inolvidable favor que salvó al Cádiz de milagro

El pasado siempre vuelve. Eso dicen algunos. Y en ese teorema confía el Cádiz, todo un experto en salvaciones al filo de la navaja, resurrecciones futbolísticas más allá de lo imposible. Tesituras tenebrosas, más o menos del corte de la actual. Subir después de haber bajado. Ya lo hizo antes: y por dos veces.

"Vengo del Cádiz de los milagros", dijo José González cuando llegó al Córdoba hace unos meses con el desafío de salvarlo del descenso. Sabía bien de lo que hablaba. Había vivido, en su etapa de futbolista profesional, uno de los episodios de salvación más legendarios en la historia del fútbol español. ¿Quién no recuerda aquel play off de permanencia que se inventó la Federación Española, a instancias del presidente del Cádiz, Manuel Irigoyen, en verano de 1987? Recapitulemos.

En Santander no podrán olvidar jamás el 24 de junio de 1987, el día en el que los cántabros iniciaban una liguilla en la que también estaban inmersos el Osasuna y el Cádiz. Este torneo, creado para la ocasión y sólo por una vez, servía para decidir qué equipo descendería a Segunda División.

Tras la fase regular de la liga ya se había disputado un play off para determinar el descenso. El Cádiz, que había sido el colista durante toda la temporada 86-87, ratificó en la nueva fase de la competición su condición de candidato número uno para abandonar la élite. Volvió a ser colista. Tras la reestructuración de la Primera División sólo existía una plaza de descenso y ésa era propiedad del Cádiz... hasta que ocurrió el milagro. Su presidente, Manuel Irigoyen, era un hombre de peso en la Federación Española. De muchísimo peso, sin duda.

El mandatario movió sus hilos y consiguió que se montara una liguilla final en la que participaban los tres últimos equipos. El Cádiz empató (1-1) en el antiguo Sardinero con el Racing y los santanderinos perdieron en Pamplona. En el Carranza, un empate sin goles entre navarros y andaluces dejó al Santander en Segunda. La maniobra fue perfecta para el equipo gaditano, que después de haber sido colista dos veces en el campeonato terminó salvándose de la quema en el último instante.

El once del Cádiz en aquel encuentro decisivo en Santander lo formaron Jaro, Juan José, Linares, Cartagena, Calderón, Montero, Manolito, Sánchez, Pedraza, Barla y Mágico González. En aquella plantilla figuraba ya un joven José González, que disputó alguno que otro partido. El destino ha querido que uno de los símbolos del cadismo esté viviendo una delicada situación en este estrambótico final de campeonato. ¿Qué pasará por su cabeza?

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