El estreno de José Antonio González en el banquillo del Villanueva se saldó con una injusta derrota ante el Puerto Real, tanto en el fondo como en la forma. Injusta por cómo se produjo, con un gol de Pedro Curtido en el minuto 94, al filo de un excesivo descuento. Y también por el fondo, porque el Villanueva jugó un buen fútbol, se adelantó en el marcador y mereció un mejor resultado, pero la falta de fortuna y la desquiciante actuación del árbitro sevillano le impidieron llevarse algo positivo del Sancho Dávila.

Porque los jarotes controlaron con cierta comodidad la salida local e incluso contaron con ocasiones para adelantarse en el arranque del partido, pero ni David Carmona ni Obregón acertaron con la meta de Raúl. El control se plasmó en el marcador pasado el primer cuarto de hora, cuando Quero habilitó a Yoyo para que hiciera el 0-1.

El Puerto Real se repuso y pasada la media hora, tras un aviso de Lolo, logró un empate cargado de polémica. Sergio Beato remató claramente con la mano un córner y el empate, pese a las airadas protestas de los jugadores rojillos, subió al marcador.

En la reanudación, el Puerto Real trató de darle la vuelta al marcador y se hizo con el control del partido. David Carmona, Obregón y Rafa Fernández en el disparo de una falta tuvieron el gol en sus botas, pero la igualdad se mantuvo hasta que el partido llegó a su punto de inflexión. Wellington vio la segunda amarilla en el minuto 72, poco después de ver la primera, dejando al Villanueva con diez.

Para minimizar la inferioridad numérica, González dio entrada a Juanfer para reforzar el centro del campo. Pese a todo, el Puerto Real se lanzó al ataque en busca del segundo gol agobiando la portería de Javi Cuadra. Winde y Curtido tuvieron dos buenas ocasiones, aunque Raúl tuvo que intervenir a disparos de Obregón y Quero.

A cuatro minutos para el final se produjo el debut de Isaac con el Villanueva. A esas alturas, los jarotes trataban de perder tiempo para amarrar el empate, pero en el minuto 94, cuando pasaban dos del descuento, Pedro Curtido solventó un embrollo dentro del área para hacer el 2-1. Ya no hubo tiempo para más. Sólo quedaba la indignación del Villanueva, ultrajado en el Sancho Dávila.