El Córdoba se topó con la versión más feroz e insaciable de un Barça que fue a morder desde el inicio y no tuvo reparos en hacer añicos el engranaje defensivo cordobesista.

El cuadro blanquiverde presionó muy arriba en el inicio del duelo para impedir la salida de balón de los azulgranas, que tardaron poco en ponerse el mono de faena. Saizar apareció muy pronto ante Alexis y Cesc, pero la zaga cordobesa hizo aguas y Thiago aprovechó el error para poner el 1-0. Además, el cuadro catalán encontró un filón por el costado derecho, donde Villa, en un abrir y cerrar de ojos, dejó sentenciado el encuentro con sus dos goles. Demasiado blandos ante un Guaje que tiró de calidad.

El toque azulgrana es bestial y no se puede permitir ningún error, porque los aprovechan todos. Es una máquina bien engrasada que juega a un ritmo endiablado. Ése fue el problema del CCF, que no encontró cómo parar el juego del Barcelona, que tocando y tocando llegaba como quería al área de Saizar. Todo siguió igual en la segunda parte. El Córdoba buscó esa contra para maquillar el marcador, mientras los azulgranas fueron bajando el pistón poco a poco. Ahí mejoró el cuadro de Rafa Berges, que gozó de alguna que otra ocasión para maquillar el duelo, pero de nuevo se vio que este equipo tiene poca pegada. Aún así, se hizo todo lo que se pudo ante un Barça galáctico, de otro mundo.