El presidente del Comité Olímpico Internacional, Jacques Rogge, pretende reforzar los test por sorpresa para subsanar las lagunas en la lucha contra el dopaje ante los próximos Juegos Olímpicos, aunque cree que en China no hay un dopaje organizado como en otros países del mundo.
"Un test antes del Tour de Francia o de los Juegos Olímpicos suena bien, pero tiene poco éxito. En enero, cuando los atletas se preparan para reforzar su musculatura, es cuando hay que hacer test de EPO, transfusiones o anabolizantes", apuntó Rogge en el diario Süddeutsche Zeitung.
El presidente del COI admite que siguen existiendo "lagunas" pese al incremento de los test y que ello sólo puede subsanarse con esos análisis por sorpresa. "En Sydney llevamos a cabo 2.500 pruebas, en Pekín haremos 4.500 y en Londres, 6.000", declaró Rogge al rotativo muniqués.
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