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Diálogo, grupo y más confianza

  • José González se estrena al frente del Córdoba con una doble sesión en la que deja claro su metódico estilo · El gaditano realizó contínuas intervenciones las dos prácticas

"Se nota que hay entrenador nuevo". La frase, pronunciada por uno de los componentes de la plantilla, aludía a la masiva (en comparación con lo habitual, claro está) presencia de periodistas y reporteros gráficos en la Ciudad Deportiva ayer por la mañana. Había curiosidad por saber la nueva forma de trabajar del Córdoba bajo la mano de su flamante nuevo entrenador.

Así, con el fresco recuerdo de su ex todavía en las mentes, los jugadores no tuvieron tiempo para demasiados suspiros. Porque, tras las presentaciones, el trabajo fue intenso ya desde la primera de las dos sesiones. Mucho físico y, con el balón, espacios reducidos para jugar, presión intensa, toque rápido y búsqueda de la precisión y la concentración en la circulación de la pelota.

José no dudó en parar el entrenamiento tantas veces como consideró oportuno para retocar posiciones y comentar con sus nuevos pupilos la más mínima incidencia. El diálogo -Hegel se sentiría orgulloso de lo vivido ayer- fue, sin duda, la fórmula más recurrida por todos para llegar a la solución de los males.

Porque, mientras en la grada los plumillas discurrían sobre los más variados temas (desde lo más parecido a un madrigal hasta lo más terrenal), sobre el césped los profesionales debatían con las piernas y con la voz. No resultaba extraño, antes, que las conversaciones entre la plantilla fueran fluidas. Pero, quizá por la mirada del nuevo inquilino del banquillo, ayer parecía que todos estaban más habladores de lo que acostumbran. Quien más gritaba, era notorio, era un Acciari que hacía las veces de central. ¿Será la gran novedad para Castellón?

Si el ambiente era primaveral por la mañana no lo era menos durante la agradable tarde. En El Arcángel, el que será su particular teatro (eso se espera) de los sueños, José comprobó el respaldo de la afición -presente con un sentimiento entre la curiosidad y la esperanza- y la confianza que en él tienen depositada tanto el cuerpo técnico como la directiva.

Luego de la primera toma de contacto con la instalación, comenzó la dedicación metódica (es el adjetivo que con mayor asiduidad le ha acompañado en todas las descripciones que sobre su figura han llegado desde Cádiz y Albacete) a la mejora.

Así, al igual que por la mañana, se empeñó en retocar continuamente las posiciones, en afinar el sistema defensivo hasta aburrir y en destacar métodos y medios de combatir los males del conjunto.

Como ejemplo sirva que a algunos de los integrantes de la retaguardia les recordó el gol de Mena para el Alavés. En el mismo lugar del delito. Fue aquel tanto el que abrió definitivamente la caja de Pandora que acabó con la destitución de su predecesor.

Luego, movimientos que se impregnan en la conciencia colectiva. Sensación de seriedad. Pero, si algo han querido destacar los jugadores que hablaron ayer en rueda de prensa formal y en conversaciones informales soto voce fue en la tranquilidad que ha querido inculcar el entrenador gaditano a sus discípulos.

La Segunda B, esa maldición que parece condena milenarista para los aficionados del Córdoba, se asoma como bicha de dos cabezas únicamente a tres puntos y José González parece tener claro que la ansiedad mala (la que ahoga cuerpos y detiene piernas), en estos momentos, puede ser un rival más a superar en la clasificación. Otro enemigo al que vencer.

Después de los preceptivos estiramientos, los jugadores se fueron a la caseta. Había pasado un día más de trabajo para 24. Había pasado el primer día de trabajo para uno. Hoy se retomará el trabajo sin tanta atención mediática. Sin tantos ojos que comparen ni escruten si es metódico o no. Si su fútbol es bueno, malo, regular o todo lo contrario.

Hoy también José González dará su primera rueda de prensa en la que tendrá algo que decir. Algo más allá de los tópicos y los desiderata variados . Habrá que estar atento para transcribir , suscribir e imaginar si en cada una de sus palabras se esconde una sensación que conduzca a una realidad en su primera convocatoria, que será pública mañana.

En esas horas de espera, los periodistas especulaban. Apostaban. Acertar el primer once de José tiene premio. Por eso, en tono de broma, se comentaba que el once que el domingo plasmen en sus medios más que probable podrá ser improbable. Es lo que tienen los comienzos. Lo dijo Mateo Alemán: "De pequeños principios, grandes finales". Así sea.

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