UCAM Murcia - Córdoba CF | La Crónica

Tras ponerse en pie, andar y luego correr (1-1)

  • El Córdoba, más sólido que brillante, saca un punto de La Condomina que lo deja a dos del 'play off'

  • Dos errores defensivos, uno por bando, en el arranque del partido propiciaron los tantos

Chus Herrero intenta rematar el balón ante dos defensores del UCAM en un córner.

Chus Herrero intenta rematar el balón ante dos defensores del UCAM en un córner. / LOF

Estando como está el Córdoba CF en una situación crítica, necesitado de cuidados paliativos de todo tipo, cualquier mejoría es bien recibida, por poca que sea. Porque cuando uno se ha visto moribundo, querer correr como el más sano es una misión cercana al imposible; erguido ya, primero toca andar, y ya habrá tiempo de alargar zancadas en una carrera de fondo para la que, seguro, aún quedan muchas etapas que consumir. De momento, la reacción tras la sacudida de hace una semana ya se puede considerar positiva, más allá de los detalles que dan para más análisis. El empate en La Condomina, ante un UCAM Murcia que estará arriba aunque hoy se vea en las catacumbas de la clasificación, refuerza la confianza colectiva y acerca el play off a dos puntos. Porque el resto también pierde, y por eso sumar siempre es una alegría.

El duelo entre un invicto de local y un huérfano a domicilio terminó en tablas, que pasa por ser el resultado más repetido por ambos con ese escenario. Un premio, menor, que los blanquiverdes recogieron con gusto, dado que nunca pudieron practicar el guion escrito en la previa porque su rival fue capaz de acumular más posesión y, sin pelota, el sufrimiento suele ser mayor. Es verdad que tampoco es que Becerra sufriera en exceso, pero la labor colectiva brilló más en las acciones cerca del área propia que en la contraria. Porque los universitarios consiguieron ganar poco a poco la batalla de la medular y jugar por fuera desde ahí, sumando envíos a los que casi siempre les faltó la guinda de la definición, por fortuna para el cuadro cordobesista.

Un equipo que no pudo tener un comienzo peor. La primera transición, volcada al perfil izquierdo, finalizó con el balón en la red de Becerra. Rafa de Vicente tiró escuadra y cartabón, sin nadie que le tosiera lo más mínimo, e Higón burló la marca de un despistado Víctor Ruiz para controlar y marcar a placer con la zurda. Habían pasado 30 segundos y los fantasmas de la época anterior, con aquellos regalos a Recreativo Granada o Badajoz, reaparecían de forma cruel. Estaba por ver la respuesta.

Y no se puede decir que fuera del todo mala. Porque en ese momento Javi Flores tiró de galones y la vuelta al equilibrio fue inmediata. Una cabalgada del capitán pegado a la cal terminó en un córner cedido por Hugo Álvarez que, cosas de la vida, terminó en el empate porque el cordobés demostró ser más listo que nadie en el área, sacando partido de una falta de intensidad pasmosa de Viti. A los seis minutos el encuentro se había agitado más que muchos en 90, lo que abría las puertas a una guerra sin cuartel.

Javi Flores conduce el balón, perseguido por Vicente Romero, del UCAM Murcia. Javi Flores conduce el balón, perseguido por Vicente Romero, del UCAM Murcia.

Javi Flores conduce el balón, perseguido por Vicente Romero, del UCAM Murcia. / LOF

Pero no fue para tanto. Cuando la concentración apareció en la última línea de resistencia, las oportunidades menguaron de lo lindo. Y eso que el ida y vuelta era continuo, con transiciones que la mayoría de las veces morían en la corona del área sin que los porteros se vieran del todo amenazados. Barbosa probó fortuna con un zurdazo que no halló portería, para finalizar una de las numerosas llegadas universitarias.

Pero el Córdoba también estaba vivo. Con menos continuidad de la deseada, la conexión por el pasillo central de González, Flores y Ortuño estuvo a punto de dar sus réditos con un pase filtrado del punta que Javi intentó hacer bueno regateando a Iricibar, que salió airoso en el mano a mano yendo abajo como un gato para quedarse con la pelota. Antes del intermedio, otra arrancada de Juanto terminó con el yeclano en el suelo, reclamando penalti tras un toque por detrás, liviano, de Hugo Álvarez; el árbitro dejó seguir, conduciendo acto seguido el choque a los vestuarios.

Un receso que sentó mucho mejor a la escuadra local, que volvió con las ideas más claras, reforzando su apuesta por el juego exterior previo apoyo en Aketxe, más acertado de espaldas, en la batalla con los centrales, que en el área. Y sin la definición del ariete vasco, autor de los tres goles del UCAM antes de este episodio, Becerra podía respirar bastante más tranquilo. Su exigencia máxima era estar ávido para repeler envíos laterales, en lo que se mostró muy sólido. De hecho, ni siquiera un fallo suyo en una salida le exigió más allá de un susto, pues el disparo en la rápida combinación de Mayoral se fue un metro por encima del larguero.

Con el cuadro universitario controlando cada vez más la posesión, Raúl Agné intentó dar un giro a la contienda dando entrada a De las Cuevas, amigo de partir desde posiciones exteriores para buscar el eje del campo y combinar. Pero esta vez resultó complicado. Rafa de Vicente y Vicente Romero mandaban con suficiencia y los desdoblamientos continuos de los laterales provocaba superioridades que impedían a los blanquiverdes dar dos pases seguidos, quedando en muchas fases metidos de continuo en su propio medio campo.

Juanto Ortuño intenta zafarse de los murcianistas Adán y Rafa de Vicente. Juanto Ortuño intenta zafarse de los murcianistas Adán y Rafa de Vicente.

Juanto Ortuño intenta zafarse de los murcianistas Adán y Rafa de Vicente. / LOF

Tampoco es que fuera un acoso y derribo total, pero sí exigente en lo físico para convertir las llegadas en una especie de juego de frontón. Y eso obligaba a mantener la concentración en todo lo alto, algo que Djetei tiene difícil en un partido completo; su único despiste dio a Aketxe una ocasión clarísima, si bien el delantero cabeceó mordido y desviado en el segundo palo el envío de Viti desde la zurda.

Quedaba media hora y el Córdoba no era capaz de reaccionar. No terminaba de estar cómodo, pero tampoco sufría en exceso, más allá de verse sometido, y Agné apuró las últimas sustituciones ya hasta los compases finales. Entró Vera para refrescar el otro carril, más mirando hacia el arco propio que al enemigo, aunque para un chaval que se estrenaba con el primer equipo seguro que no pasaba de anécdota. Y ya en el alargue ingresó Gabriel Novaes.

Pero ya para entonces también Miguel Rivera, que también apuró sus cambios, empezaba a dar por bueno el punto, que permite al UCAM Murcia poner tierra de por medio con la zona de descenso en la que se metió casi desde el arranque del curso. Todavía estás lejos de su objetivo, que no es otro que el play off, ese que el Córdoba mira ya a sólo dos puntos tras aprovechar el pinchazo del Badajoz en La Línea. Porque en esta carrera por el éxito, cualquier premio es bueno, y más cuando el estado general de la institución roza lo crítico.

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