CARLOS MARÍN. Salvador. Sus paradas evitaron una debacle de su equipo en Talavera. Fue el mejor de los suyos de largo y se lleva la noticia positiva de enlazar dos partidos sin haber encajado gol. El justo premio a su gran labor.

PUGA. Desbordado. Sufrió un mundo en defensa ante la superioridad que generaban Brau y Lucas Alcázar por su carril. Agobiado a la hora de defender, no apareció mucho en ataque y completó un partido bastante discreto.

JORGE MORENO. Expulsado. Buen partido del central en el trabajo de contención, sobre todo en el juego áereo, ante tanto acoso del rival. Acabó expulsado de manera injusta en la última acción con una roja directa totalmente desmedida.

GUDELJ. Agobiado. Mucho trabajo para el central neerlandés de origen serbio, que volvió al once inicial para lidiar con Rodrigo Escudero en una batalla en la que el delantero se impuso, aunque sin encontrar el camino del gol.

CALDERÓN. Venido a menos. Su tendencia en esta temporada es, como la de su equipo, descendente. Le cuesta mostrarse seguro en labores defensivas y aún más le cuesta aparecer en ataque con la precisión que lo hacía en los primeros meses de liga.

DIARRA. Multiplicado. Le tocó lidiar con la superioridad numérica del Talavera en el centro del campo y eso le hizo correr en demasía, cuando su fuerte es combinar y aparecer en zonas más cercanas al área rival que a la propia.

JAVI FLORES. Superado. El fuerte ritmo de partido que imprimió el centro del campo del Talavera hizo sufrir al capitán blanquiverde, incapaz de imponerse en ese contexto de partido. Tampoco estuvo preciso en las ocasiones en las que asomó por el borde del área rival.

CARRACEDO. Condicionado. La fiebre que le lastró en los últimos días condicionó a buen seguro su rendimiento, bastante discreto en los primeros 45 minutos. Al descanso fue sustituido por Marco Camus.

KIKE MÁRQUEZ. Insistente. Fue el hombre que más buscó hacer gol, ya sea con los numerosos balones parados que botó o con un par de ocasiones que quedaron en nada ante Biel Ribas. No estuvo cómodo en El Prado.

SIMO. Anecdótico. Otro partido que no pasará a la historia del hispano-marroquí, que tuvo el gol ante Biel Ribas en la primera parte, pero que poco más aportó. La mayor posesión del Talavera anuló su habitual juego asociativo.

CASAS. Negado. Lo intentó una vez más moviéndose por todo el frente de ataque, pero no está acertado en el remate y tampoco tiene esa pizca de suerte necesaria para quitarse de encima el bloqueo que arrastra de cara a la portería rival.

MARCO CAMUS. Poco protagonismo. Le llegaron muy pocos balones a un futbolista que tiene recursos para desbordar si se insiste en su perfil. Tuvo un disparo lejano en los minutos finales que pudo haber sido el 0-1.

WILLY LEDESMA. Desconectado. Entró para dar más mordiente al ataque de su equipo pero poco se diferenció de la aportación de Casas en los primeros 70 minutos. Le anularon un gol por fuera de juego que parecía claro.

CABALLERO. Fortaleza. Ante la preocupante deriva que estaba cogiendo el partido para su equipo, el jiennense aportó más solidez en el centro del campo, ganando duelos individuales y frenando el juego cómodo del Talavera.

DE LAS CUEVAS. Sin pena ni gloria. Diez minutos tuvo el alicantino en El Prado y apenas se le vio. Desplazó a Kike Márquez a la izquierda para partir desde la mediapunta, pero no pudo intervenir demasiado en el juego.

CANARIO. Sin tiempo. Una vez más se quedó con los minutos de la basura y no tuvo tiempo de entrar en juego con el balón más allá de un contragolpe en el tiempo de descuento que se quedó en nada.