CARLOS MARÍN. Sorprendido. Cuando el único futbolista que nunca falla también lo hace, es imposible pensar en sacar algo positivo del partido. El arquero se tragó el gol de Álvaro García y estuvo muy inseguro con el juego de pies.

JOSÉ RUIZ. Impreciso. Intentó ganar línea de fondo en un par de acciones en la primera parte, pero finalizó con centros pasadísimos y sin opción de remate. En defensa no tuvo su mejor tarde. Fue sustituido a la hora de juego.

JORGE MORENO. Inseguro. No es ni la sombra de lo que parecía al principio de la temporada. Inseguro y falto de contundencia, lastró más que ayudó a la defensa. Su mejor acción fue en ataque, con un cabezazo al larguero en una falta lateral.

GUDELJ. Un desastre. El peor partido que se le recuerda desde que viste la camiseta blanquiverde. Regaló el segundo gol al Fuenlabrada en una acción tan disparatada que invita a pensar mal en cuanto a su predisposición.

CALDERÓN. Coladero. Celebró su partido 25 con el Córdoba, el que sella su renovación automática, con una muy mala actuación. En defensa se vio superado una y otra vez y en ataque no acertó a sacar un buen centro en todo el partido.

CABALLERO. Desesperado. Ha entrado en el equipo en el peor momento de la temporada y así es muy difícil lucir bien, pero el jiennense al menos muestra actitud y pelea por ganar duelos individuales, pese al momento tétrico de su equipo.

DIARRA. Desnortado. Hace varios partidos que está muy lejos de su mejor nivel. La descomposición general del equipo le ha perjudicado como a pocos en lo que a su nivel se refiere. Difícil destacar una acción positiva suya en Fuenlabrada.

CARRACEDO. Gris. Apenas una acción buena se le puede anotar ante el Fuenlabrada, pese a que intentó en el primer tiempo entrar por su banda. Fue cayendo con el paso de los minutos hasta pasar desapercibido totalmente.

KIKE MÁRQUEZ. Desquiciado. El sanluqueño es el ejemplo de la gestión del vestuario del Córdoba. Cuando mejor estaba chupó banquillo y en este momento de la temporada está ya mentalmente desconectado. Pese a ello, sus libres directos fueron lo más peligroso del Córdoba CF en Fuenlabrada.

SIMO. En su línea. Ni está ni se le espera, aunque Germán Crespo necesitó muy poco para devolverlo al once inicial. Se equivocó en todas las acciones en las que participó y no aportó nada al ataque blanquiverde. Muy lejos del jugador que en algún momento apuntaba.

JUAN VILLAR. Desapercibido. Una hora sobre el terreno de juego y apenas tocó el balón en dos ocasiones, lejos siempre de posiciones de remate. Desconectado del resto del equipo, no aportó absolutamente nada a su equipo.

DE LAS CUEVAS. Inoperante. Esta vez no partió como titular, aunque su aportación como revulsivo fue bastante similar. Apenas apareció un par de veces entre líneas y sin precisión en el pase. Otro partido decepcionante.

CASAS. Nada. Media hora sobre el terreno de juego sin apenas aparecer. Al igual que le pasó a Juan Villar, la inoperancia de su equipo en ataque le dejó aislado en el área y sin poder participar en el juego de manera regular.

MARCO CAMUS. Apagado. Los destellos que dejó en Salamanca el día de su debut no han vuelto a verse, aunque en el momento que atraviesa su equipo es algo normal. De toda la plantilla, quizás sea el menos culpable de lo que está pasando.

PUGA. Testimonial. Germán Crespo trató de encontrar profundidad por la banda derecha en los minutos finales con el carrilero, pero las buenas coberturas defensivas de un Fuenlabrada ya atrincherado le impidieron aparecer.

CANARIO. Nada. Su situación en el equipo es bastante desconcertante. Apenas ha contado para Germán Crespo desde su llegada. En Fuenlabrada, con el equipo descompuesto, el técnico tiró de él, esperando no se sabe muy bien qué.