Lorca Deportiva - Córdoba CF | La Crónica

La ley del mínimo esfuerzo (0-1)

  • El Córdoba, con una actuación sin brillo y con muchas lagunas, tumba al colista y crece en la tabla

  • Un solitario gol de Willy y la solvencia defensiva, con la sexta puerta a cero seguida, deciden en Lorca

Willy celebra el gol ante el Lorca Deportiva, con Mario Ortiz detrás con gesto de rabia.

Willy celebra el gol ante el Lorca Deportiva, con Mario Ortiz detrás con gesto de rabia. / LOF

El Córdoba CF cumplió el guion y ganó en su visita al colista. Pero lo hizo con una actuación sin brillo, hasta mediocre por momentos, alejada de la buena imagen que el equipo había ofrecido desde la llegada de Pablo Alfaro al banquillo. Un solitario tanto de Willy, tras el primer tiro a puerta blanquiverde ya al borde de la hora de juego, y la habitual solvencia defensiva, traducida en la sexta puerta a cero consecutiva, decidieron una batalla en la que el Lorca Deportiva asustó más y mejor, a pesar de la diferencia de calidad que cada paso al frente de los blanquiverdes dibujaba sobre el verde. Al final, lo mejor fue el resultado, que unido al revés del UCAM Murcia, aprieta la lucha por la primera plaza en este Subgrupo IV-B de Segunda División B.

Y eso que los blanquiverdes entraron bien al partido, conscientes de que la mejor forma de cortar el intento de reacción local era no darle aliento. Con más posesión, tocando bien en campo propio, aunque con ciertas dificultades para hacer lo propio en el ajeno, el CCF se hizo con el control de la situación de partida, aunque eso no se tradujo en llegadas. Solo una medianamente clara en esa fase de dominio, con un pase de Robles que Willy dejó para la aparición de Miguel de las Cuevas, que cayó ante Garrido; los visitantes pidieron pena máxima y el árbitro decretó saque de puerta. Ni una cosa ni la otra, era córner.

El Lorca Deportiva, dentro de esa fase de acoplamiento general obligado por la reestructuración realizada en su plantilla en este mercado invernal, esperaba para salir a la contra. Cellou alcanzó la línea de fondo, pero su pase atrás lo cortó De las Cuevas llegando en el achique. Poco después, Marcos Gondra asustó de verdad con un libre directo que acarició el ángulo del portal de Becerra. Esa acción dio un giro al choque. El cuadro blanquiazul empezó a creérselo, combinando sin prisa, aunque sin claridad en los metros finales. Un córner de Gondra que Cristian Britos cabeceó bombeado, tocando el larguero por arriba, fue la siguiente ocasión.

El Córdoba no estaba nada cómodo. Sobre todo por la desaparición de Mario Ortiz, el hombre encargado de hilvanar el juego ofensivo de un equipo demasiado largo, que robaba muy lejos del área rival, ante la falta de presión alta que venía siendo seña de identidad desde la llegada de Pablo Alfaro. Algo preocupante, pues el técnico apenas introdujo dos cambios en la alineación: Xavi Molina por el lesionado Djetei y De las Cuevas por Djak Traoré. Eso se traducía en transiciones con muchos metros por delante... y malas decisiones en la definición: ni remates, ni último pase...

Moutinho es empujado por Iglesias, defensa del Lorca Deportiva. Moutinho es empujado por Iglesias, defensa del Lorca Deportiva.

Moutinho es empujado por Iglesias, defensa del Lorca Deportiva. / LOF

Esas complicaciones no las tiene el colista, mucho más directo. Una buena conducción de Peláez por la zona central terminó, tras varios rechazos en la frontal, con un disparo blandito de Cellou que repelió Xavi Molina. La respuesta, por partida doble, la firmó De las Cuevas, tan activo como desacertado; no atinó en los envíos al área. Ante la dificultad para crear peligro, Alfaro cambió de perfil a Valverde y Moutinho, que no tardó en avisar desde la diestra, con un apoyo en Willy al que dio continuidad con un zurdazo que no metió ni miedo.

Antes del intermedio, al menos la escuadra cordobesista apareció con más asiduidad en campo contrario, si bien con idéntico desenlace. David Ardil, yendo al suelo, cortó un centro de Valverde que buscaba a Willy en el punto de penalti; y ya en la última antes de enfilar el túnel de vestuarios, a un uno-dos de Miguel de las Cuevas por el perfil izquierdo solo le faltó lo más importante: el remate, que se fue muy desviado, acabando lejos de los dominios de un Iván Martínez que no sufrió susto alguno en los primeros 45 minutos.

Ligero cambio tras el descanso, y gol

Lógicamente, viendo los objetivos y el teórico potencial de uno y otro equipo, no solo dar continuidad a esa fase, sino aumentar dominio y presencia ofensiva, era obligado en la reanudación. Para ello, sobre todo con la posesión, Mario Ortiz avanzó unos metros para dibujar un 4-1-4-1, y los primeros compases ofrecieron un leve cambio, roto de repente con una nueva aproximación a pelota parada del Lorca Deportiva: Gondra puso directo un balón escorado y Becerra tuvo que meter el puño para despejar el peligro.

Tirar, lo que no había apenas hecho el Córdoba hasta ese momento, era la clave. Y eso por fin lo entendió el equipo, que además encontró premio en su primer disparo entre los tres palos: Valverde se sacó un latigazo tras la dejada de Mario, Iván Martínez dejó muerto su despeje y Willy, más rápido que su par en la reacción, mandó a la red la pelota. El gol dio más tranquilidad al cuadro cordobesista, que comenzó a tocar, ya sin la presión del marcador, haciendo correr a su rival, que hizo sus primeros cambios para ganar mordiente en ataque y reforzar su centro del campo.

Piovaccari se marcha de dos rivales en el tramo final del partido. Piovaccari se marcha de dos rivales en el tramo final del partido.

Piovaccari se marcha de dos rivales en el tramo final del partido. / LOF

Pero lo que el Lorca Deportiva estuvo a punto de encontrarse fue la sentencia blanquiverde, y por partida triple, en apenas un minuto. Piovaccari, ya en el verde tras dar el relevo de Willy, ganó la partida a Carlos Garrido en la carrera y se topó por dos veces con el cuerpo de Iván Martínez; Xavi Molina, en el saque de esquina posterior, mandó su testarazo al lateral de la red con todo a favor. No fue la única que tuvieron los visitantes para evitar el sufrimiento final, pues Valverde también lo intentó con un tiro nuevamente lejano que esta vez el meta sí desvió hacia afuera, y una volea de zurda pifiada de Álex Robles después de que Oyarzun lo hubiera dejado prácticamente en el mano a mano con un pase elevado.

Ya en ese momento, el equipo lorquino quemaba sus naves, tras pasar a jugar con dos nueves, dejando espacios atrás que el CCF no acabó de exprimir, en busca de salvar al menos un punto. Un movimiento que Pablo Alfaro contrarrestó con la entrada de Farrando y Javi Flores, reforzando la zona central, ya desde un doble pivote de clara contención. Cambio inteligente que sirvió para dejar en nada la oleada final local, con una serie de balones colgados que murieron sin remate siquiera, blindando el 0-1 que ya dejaba el marcador para otorgar un nuevo triunfo, sin brillantez y con obligado toque de atención, de un Córdoba que lo hace mejor tras el tropiezo del UCAM Murcia, que ya está tres puntos más cerca.

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