El Córdoba retoma hoy los entrenamientos después de disfrutar de un día de descanso tras cerrar con la primera derrota del verano su segundo stage de concentración. Un revés que no sería más que una anécdota de no mediar la preocupante situación en la que se halla el club blanquiverde, que alcanza agosto siendo el único de Segunda División sin fichajes, con el límite salarial sobrepasado, algún profesional pidiendo salir y otros con la lógica incertidumbre de qué pasará en los próximos días, si se solucionará al fin el problema económico y si llegarán los esperados y necesarios refuerzos con tiempo para preparar el estreno liguero ante el Numancia del día 18.

Porque si algo está evidenciando el paso del verano, y con él los primeros ensayos estivales, es que este CCF necesita aún mucha ayuda para poder competir en un torneo tan exigente como la categoría de plata. Al consabido déficit en la zona ofensiva, sin delanteros profesionales puros al margen de Quiles y con Jovanovic adaptándose mejor de lo previsto a esa posición, hay que añadir que algunos futbolistas parecen lejos del nivel exigido tanto por la competición como por el cuerpo técnico. De hecho, de no ser por las circunstancias de esta pretemporada, difícilmente estarían con el grupo.

Una sensación que en la previa del viaje a Jerez ya saboreó Bruno Montelongo, cuya presencia hoy en la Ciudad Deportiva es una incógnita, dado que el club no ha hecho pública su desvinculación pese a que ha quedado claro que no entra en los planes de Francisco.

Con o sin el uruguayo, el Córdoba comenzará hoy su cuarta semana de trabajo, que culminará el sábado en Linarejos ante un Linares que milita en el Grupo IX de Tercera División. Y lo hará con una doble sesión que tendrá continuidad el viernes y hasta en la matinal del partido. Porque a estas alturas lo más importante es coger la forma, más allá de los resultados. Aunque siempre es bueno que las sensaciones, sobre todo las de la primera mitad en La Línea, no vuelvan a repetirse en lo que queda de verano.