¿Quién es Rafael Navarro Rivas? Esa pregunta difícilmente pueda irrumpir en la cabeza de un buen cordobesista. Porque la figura del nuevo entrenador del Córdoba CF es fácilmente reconocible en un club que ha sido su casa desde niño y que le permitió hacer carrera en el mundo del fútbol ya de adulto. Ahora, le da la opción de vivir su bautismo como técnico en el fútbol profesional.

Rafa Navarro (Córdoba, 1972), del barrio de Ciudad Jardín, jugó un total de 137 partidos oficiales con el Córdoba, durante las ocho temporadas –en dos etapas– que vistió la camiseta blanquiverde, ganándose un lugar en top 30 de los jugadores con más participaciones, a la altura de hombres como Escalante, Loreto, Cruz Carrascosa, Mariano Mansilla o Carmelo Salas.

El ya nuevo entrenador cordobesista debutó en el primer equipo en el curso 91-92, en Segunda B, cerrando su etapa dos temporadas más tarde para firmar por el Jaén. Ahí comenzó un periplo que lo llevó por el Sporting, el Villarreal y el Recreativo, antes de regresar a El Arcángel para colaborar en el mítico ascenso de Cartagena. Ya en Segunda, se mantuvo cuatro campañas más, hasta el mes de enero de 2003, cuando se enroló en el Ceuta. El Linares y el Villanueva fueron sus dos últimos clubes, también en la categoría de bronce, antes de colgar las botas al final del ejercicio 2005-06.

A partir de ese momento, Rafa Navarro se formó para dar el salto a los banquillos, estrenándose como segundo de Juan Luna Eslava, en el campeonato 08-09. Su siguiente parada fue el juvenil del Séneca, en División de Honor, desde el que pasó a un Espeleño en el que se mantuvo durante cinco temporadas, las tres primeras en Primera Andaluza, coronadas con el histórico ascenso a Tercera, y las dos últimas en ese ambicioso Grupo X; en la primera rozó el play off y en la segunda amarró la permanencia, antes de cerrar esa etapa el pasado verano.

Regreso al club el pasado septiembre

En septiembre, Navarro regresó al Córdoba para dirigir la cantera, relevando junto a Rafa Herrerías al equipo de la anterior dirección deportiva que lideraba Rubén Domínguez. Quizás entonces no podía pensar que esta vuelta le depararía este regalo que para muchos puede resultar envenenado, pero que este cordobés de raza acoge como una oportunidad de oro para hacer feliz al cordobesismo.