Córdoba CF

El fútbol que viene tras el coronavirus: El Arcángel, sin público hasta 2021

  • El Gobierno ya ha comunicado a los clubes profesionales que la vuelta a la competición será a puerta cerrada, algo que también sufrirá el conjunto blanquiverde y los demás de Segunda B

  • La llegada de una vacuna marcaría el regreso a la normalidad, también en el ámbito futbolístico

Los jugadores del Córdoba CF celebran con su público una victoria en El Arcángel.

Los jugadores del Córdoba CF celebran con su público una victoria en El Arcángel. / Álex Gallegos

A estas alturas, queda claro que la crisis del coronavirus marcará un antes y un después en la vida cotidiana de buena parte de la humanidad. A las restricciones que está viviendo la sociedad por el confinamiento habrá que sumar los cambios drásticos en el día a día que empezaremos a experimentar cuando las calles vuelvan a estar ocupadas con relativa normalidad. El distanciamiento social marcará el futuro a corto y medio plazo, al menos hasta la aparición de una vacuna que ofrezca garantías contra la pandemia. Y a esa realidad no escapa ningún ámbito, tampoco el fútbol.

Mientras los clubes y los organismos competentes discuten las condiciones del regreso a la competición, que parece algo más cercano en el horizonte, lo que ha quedado claro es que para el aficionado la vuelta a los estadios seguirá estando vetada durante meses. Según las previsiones del Gobierno de España, al menos hasta inicios del año próximo, en un proceso que también será escalonado, como en general se prevé la vuelta a la normalidad en todos los ámbitos de la sociedad.

De hecho, los clubes de LaLiga (Primera y Segunda División) ya conocen de manera extraoficial que el gobierno no permitirá la presencia de público en los estadios en el regreso de las competiciones en los próximos meses. Un proceso que no afectará solamente al final de la presente temporada, sino que también se extenderá a los primeros meses del curso venidero. Concretamente, las primeras previsiones hablan de inicios del 2021 para una vuelta poco a poco a las gradas pobladas, con una reducción de aforo prudencial que aún está por definir en forma y número.

Esa nueva realidad, la de no contar con el calor de su afición, es otro reto que tienen que asumir los clubes en un futuro complicado a corto y medio plazo. Y entre ellos, lógicamente, el Córdoba CF, uno de los conjuntos de más arraigo social no solo en Segunda División B, también en la totalidad del fútbol español.

El cuadro cordobesista se enfrenta a un futuro complicado en ese aspecto, pues esta temporada es el segundo club de su categoría, la Segunda B, con más apoyo social en su haber. Según los datos que el Córdoba ofreció a principios de septiembre, cuando cerró su campaña de abonados, la entidad tiene 11.176 socios, a los que habría que sumar los escasos 100 que consiguió Infinity con esa campaña exprés que lanzó a su llegada a la entidad hace apenas unos meses.

Esos datos sitúan al CCF solo por detrás del Castellón, que en su momento superó los 12.000 abonados. Un aspecto que para los clubes importantes de la categoría de bronce será mucho más notable que para aquellos que están acostumbrados a jugar ante menos público. El factor ambiental, que tantas veces ayuda a superar a los rivales, desaparecerá de un plumazo, por mucho que El Arcángel siga siendo un estadio que impresiona a los equipos contrarios.

El presupuesto, comprometido

Y más allá de los efectos que siempre tiene la afición local en su equipo, el Córdoba CF tendrá que afrontar también las consecuencias económicas de esas medidas. La próxima campaña de abonados, lógicamente, estará claramente condicionada por esas restricciones y condicionará de manera casi total un aspecto clave para los equipos de Segunda División B y demás categorías no profesionales. La falta de ingresos de televisión importantes, a diferencia de los que reciben los equipos de LaLiga, convierte la partida de abonados en una parte importante del presupuesto de los clubes. Entre ellos el CCF, que además siempre parte con la idea de mantener un equipo competitivo que le permita luchar por los máximos objetivos.

Como en muchos otros aspectos de nuestro día a día, el paisaje desértico en los estadios de fútbol es una de esas extrañas novedades a las que habrá que acostumbrarse en los próximos meses. Una anomalía propia de una de las crisis más graves que la humanidad ha enfrentado en los últimos tiempos y que silenciará El Arcángel, al menos, hasta el 2021.

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