"Hasta que las matemáticas digan que el equipo está descendido, ni se me pasa por la mente; voy a pelear hasta el final", dijo Rafa Navarro, aún en caliente, en la sala de prensa del Martínez Valero de Elche. "Vemos opciones, mientras las matemáticas no digan lo contrario", añadió Chus Herrero un momento antes de subirse al autocar de regreso a Córdoba, rumiando todavía el 1-0 encajado. El mensaje del vestuario del CCF está claro, y apela al valor de los números por encima de las sensaciones, la imagen, la actitud y hasta la voluntad por pelear por una permanencia que a falta de nueve partidos se ve a ocho puntos. Son los que separan a los blanquiverdes del Lugo, rival el próximo domingo en El Arcángel (18:00) y que se encargará de alentar nuevamente las remotas opciones de salvación... o enterrarlas del todo.

Aunque para poder creer hace falta algo más que echar mano de la ciencia. La derrota y, sobre todo, la paupérrima imagen dada ante un Elche que ponía en juego poco más que el honor, han envuelto en un manto de negatividad al cordobesismo, que no sabe a qué agarrarse para mantener algo de ilusión en los dos meses que todavía quedan de campeonato. La ausencia de afán competitivo y una preocupante desidia tiran por la borda cada oportunidad que ofrece el calendario, y así es materialmente imposible asirse a los cada vez menos argumentos para soñar con el milagro.

El último en irrumpir, como cada temporada cuando la competición divisa su final, es la tradicional máquina diabólica de Onda Cero que, bajo la firma del prestigioso estadista MisterChip, ofreció un resultado cuanto menos sorprendente el pasado domingo: el Córdoba se salvará. Cierto es que sus estudios se habían producido durante la semana y, aunque vieron la luz durante el descanso de la batalla en el Martínez Valero, hay que entender que comprendían las diez jornadas finales.

Pero por si así era, el cuadro de Rafa Navarro ya se encargó de añadir una complicación más con su enésima derrota y una nueva demostración de apatía sobre un terreno de juego. Y esto último difícilmente pueda entrar en juego en los algoritmos utilizados por el analista.

Con el Reus descendido por decisión administrativa el pasado enero y el Rayo Majadahonda fuera ya de toda combinación tras su victoria sobre el Deportivo en Riazor, las tres plazas de descenso restantes a repartir entre seis equipos dejaron fuera al CCF, curiosamente ahora que es el que peor lo tiene de todos porque vuelve a ser el colista.

Extremadura y Lugo, los rivales más duros

La máquina diabólica da un 53 por ciento de probabilidades de perder la categoría a los blanquiverdes, una cifra que se ve superada por el 98% del Nàstic y, ya por mucho menos margen, el 61% del Lugo y el 56% del Extremadura. El Tenerife (22%) y el Zaragoza (7,7%) se quedan fuera de todas las quinielas, haciendo bueno su colchón actual.

De esta manera, los porcentajes ofrecidos por MisterChip dibujan una guerra directa entre el Lugo, el Extremadura y el propio Córdoba de la que sólo uno saldrá bien parado. A tenor de los números futuros, ese sería el equipo de Rafa Navarro, que ahora mismo es el que presenta los guarismos más pobres, lo que le obligaría a recortar ya no solo un punto al Nàstic, sino siete a los azulgrana y ocho a los gallegos.

Un rival al que recibe el domingo con la obligación y la necesidad de ganar para dar algo de vidilla a esta predicción con un alto índice de acierto, pero que ya el pasado curso se equivocó... dando por descendido al cuadro cordobesista.

La permanencia se fija en 44 puntos

Para que no vuelva a ocurrir, todo depende de lo que sea capaz de hacer el equipo en lo que resta de competición, aunque si el camino es el ofrecido en Elche, mejor ir pensando en la Segunda División B porque no habrá matemáticas que aguanten tal desastre. Y es que la máquina diabólica fija en 44 puntos la cantidad necesaria para conseguir la permanencia.

Con los 26 actuales, el Córdoba solo necesita 18 de los 27 posibles; o, lo que es lo mismo, vencer seis partidos de nueve cuando apenas lo ha hecho en cinco de 33, sumar dos tercios de los puntos cuando hasta ahora no llega ni a uno... Y ante eso, mejor dejar a un lado, al menos por un tiempo, también las matemáticas, porque ni siquiera el bonus del Reus puede levantar el ánimo.