Córdoba CF

El Córdoba CF, ante la necesidad de hacer un reajuste a los ajustes

  • Rafa Navarro tiene ante sí el reto de dar un nuevo giro a la evolución de su plan para blindar al CCF

  • Las dudas de Quintanilla, el paso adelante de Muñoz y la poca productividad de las bandas, la llave

Carrillo, De las Cuevas, Luis Muñoz y Quintanilla, durante una sesión en El Arcángel.

Carrillo, De las Cuevas, Luis Muñoz y Quintanilla, durante una sesión en El Arcángel. / Juan Ayala

El Córdoba CF regresó ayer al trabajo con un reto encima de la mesa: mejorar su rendimiento para sumar de una vez por todas esa victoria que permita mirar al futuro con más optimismo. Y la primera oportunidad llega este domingo (El Arcángel, 12:00) ante un Mallorca que exigirá a Rafa Navarro hacer un reajuste a los progresivos ajustes que desde su llegada al banquillo del primer equipo ha ido introduciendo con el objetivo de hacer un bloque más rocoso.

El técnico cordobés arrancó su etapa en el CCF con un 4-1-4-1 de sistema base y una preocupación por encima del resto: poner fin a la sangría defensiva como clave para la reacción. De momento no se puede decir que lo haya conseguido, pues Carlos Abad ha encajado en los cuatro partidos (siete goles en total), todavía sin triunfos en su haber –dos empates como mejor resultado–, estirando el déficit con la permanencia de seis a nueve puntos.

Y eso que el cuadro blanquiverde ha ido dando pasos hacia un mayor blindaje, pasando a jugar con un 4-2-3-1 que empezó siendo mixto y ha terminado siendo de un perfil más defensivo. Pero unas veces las virtudes del rival y la mayoría los errores propios, ya sea de falta de concentración en la estrategia o en la toma de decisiones, han impedido que el plan diseñado sobre el guion acabara viéndose reflejado en el verde y, lo que es más importante, en los marcadores, que es la lacra principal del CCF a estas alturas donde prima el pragmatismo por encima de juego o sensaciones.

Así, ante la falta de resultados, a Rafa Navarro no le queda otra que seguir agitando sus armas en busca de la reacción definitiva. Y tiene varias zonas donde dar continuidad a sus pruebas: el eje de la defensa, con un Quintanilla en otro mundo, y la productividad ofensiva por fuera aparecen como los puntos clave, aunque ambos unidos –en parte– por un medio campo donde la irrupción de Luis Muñoz ha supuesto una solución y un problema, a la vez.

Sin Chus Herrero, las opciones atrás se reducen

Porque con Chus Herrero lesionado –es el único inquilino de la enfermería y su vuelta aún tendrá que esperar un par de semanas–, la decisión del técnico cordobesista de adelantar a Muñoz a la medular le deja con sólo dos centrales disponibles: el intocable Miguel Flaño y un Quintanilla que en las últimas jornadas ha ido acumulando fallos garrafales (y no sólo por el gol de Carranza, en el que Abad tuvo gran parte de culpa, una vez más).

Desandar el camino andado se antoja como el mejor remedio de cara al choque ante el Mallorca, que si algo tiene es una endiablada velocidad en su gente de arriba. Pero, ¿cómo terminar de cuadrar la medular entonces? Bodiger demostró en Cádiz que con libertad para sumarse al ataque se puede multiplicar su producción, pero para tirar de fuerza ofensiva debe tener alguien al lado que le guarde el sitio.

Álex Vallejo sería la alternativa ideal por características, pero el vitoriano no ha jugado ni un minuto con Navarro, pese a haber estado en el banco en los tres últimos encuentros. Ahí irrumpe la figura de Blati Touré, fijo para el cordobés desde su llegada, con el que ha subido su rendimiento, si bien no termina de transmitir la confianza que el puesto exige. Es más, su reingreso tardío al equipo –se espera que lo haga hoy– le puede jugar en contra, al menos para ser titular ya el domingo.

Los extremos deben dar un paso al frente

El otro hándicap que el técnico cordobés debe superar de inmediato es la aportación de sus futbolistas de banda. Con Fernández y Álex Menéndez ya más centrados en defender que atacar –lo hacen, y bien, por sorpresa, aunque al asturiano le cueste más en su principal labor–, los extremos son los que tienen que dar el paso adelante.

Ahí no entra la figura de Andrés Martín, cuyo rendimiento es incuestionable, y más aún si como el domingo ocupa la zona central de las medias puntas, para moverse libre y atacar puerta. Los focos apuntan a Jaime y De las Cuevas, con escasa incidencia en las citas recientes. Cierto es que tampoco tienen fuerte competencia, sobre todo con este dibujo que obliga a abrir mucho el campo por fuera. Pero ahí hay margen de mejora.

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