El Córdoba ha terminado este viernes de preparar la finalísima ante el Sporting de mañana (El Arcángel, 20:30) con una sesión a puerta cerrada en El Arcángel en la que ha participado toda la plantilla, que este sábado se concentrará en un hotel de la ciudad para almorzar y vivir las horas previas al choque. Sandoval, en su rueda de prensa habitual prepartido, ha confirmado que incluso Montelongo y Bambock estarán con el grupo en las horas previas a un duelo que espera "largo" y que pide jugar "con calma y desde la mesura, sin precipitación". Eso sí, como elemento diferenciador ante un rival que aún tiene que afrontar el 'play off' de ascenso, la diferencia debe estar en marcar "una intensidad máxima" desde el primer momento.

El preparador del Córdoba, que ha advertido que tiene pensado introducir "una variante táctica" que considera "necesaria para este partido", quiso poner freno a la euforia que puede haber en el entorno del club porque "no hemos conseguido nada, tenemos que ganar para salvarnos de la quema". "El público debe venir a jugársela, a que no nos quiten lo que hemos luchado; hay que jugar el último partido como si fuera toda la liga, el resumen de 41 partidos en uno", ha insistido Sandoval, que ve tremendamente positivo que "dependemos de nosotros y nos la jugamos con nuestra gente".

Eso sí, el técnico blanquiverde ha querido incidir en que el jugar ante un estadio que volverá a rozar el lleno "no nos puede confundir; hay que ir despacio, será un partido largo, con muchos movimientos en otros campos y hay que jugar nuestro partido, intentando ganar". Además, ha quitado presión por la remontada hecha hasta la fecha y el bajón de algunos rivales directos, pues "en el último partido partimos todos de cero, hay que olvidarse de todo lo hecho".

Sandoval ha recordado el mensaje que viene lanzando en las últimas semanas de que la única sorpresa para él en este desenlace liguero sería "que el Córdoba no se salvara", pero ha puesto el foco en que "sólo nos salva la victoria", si bien "nos puede valer empatar o perder, porque nos hemos ganado ya ponernos por delante en la última jornada, y eso era lo que queríamos, meter abajo a otros". Para finalizar, el madrileño ha dejado una nota clara: "Es una final y las finales no se juegan, se ganan". Sería la mejor ecuación para dejar de mirar a otros escenarios.